domingo, 21 de junio de 2015

EN TIEMPOS DIFÍCILES...


Cuando las cosas vienen mal dadas, cuando el viento no sopla a favor, cuando las seguridades, los privilegios o la simple tranquilidad desaparecen... Surge en nosotros, como león rampante, el miedo y la desconfianza. La queja, el reproche, los individualismos, forman parte de las respuestas, tan frecuentes como ineficaces, que ponemos sobre la mesa. 
En tiempos difíciles, lo que más necesitamos es estimular entre nosotros la confianza , la creatividad y la valentía de ir más allá. Ser capaces de cruzar a la otra orilla en pleno atardecer, justo cuando la oscuridad se cierne sobre nosotros, y a pesar, de que  las cosas no estén nada claras, saber de Quien nos fiamos.

¿Porqué tener miedo?¿De qué tener miedo? En tiempos difíciles, y aunque sea en medio de la noche, aceptemos esa invitación de Jesús,  y vayamos a la otra orilla, a lo desconocido, más allá de nuestras seguridades, de lo aprendido, del siempre se hizo así, de viejos privilegios que nos paralizan, y lancémonos confiados. Él está en la barca, con nosotros, aunque estemos "empanados", y no nos enteremos. En eso consiste confiar, dar ese paso cuando no lo vemos claro.

En tiempos recios, podemos encerrarnos en los cuarteles de invierno, escondernos, o blindar la casa, pero ¿acaso eso nos ayudará a buscar y encontrar respuestas? ¿a descubrir la novedad?
Podemos dejar atraparnos por el miedo, y pasarnos la vida adelantando consecuencias de cosas que todavía no han pasado; o podemos vivir el presente con esa confianza que nos permita ir más allá, buscar y acoger la novedad, que el buen Padre Dios nos regala cada día. ¿Acaso no va con nosotros en la barca? (Mc 4,34-35).

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