jueves, 21 de septiembre de 2017

¡OTRA FORMA DE MIRAR!

Necesitamos urgentemente otra forma de mirar... a nosotros mismos, a quienes nos rodean, al mundo... Los hechos hablan solos y no son muy alentadores. Silencios innecesarios, baja autoestima, demasiados autocastigos (mensajes negativos, autoexclusiones,...) sueltos por ahí, fuerte dificultad en conectar con uno mismo y lo que nos pasa, con el otro distinto a mí, demasiados enfrentamientos innecesarios, diferentes tipos de violencia (ninguneo, ironía, ¡y hasta física!) en entornos donde lo que se debe esperar es cariño, ternura, acogida o fraternidad.... La causas ya no importan, y probablemente no aporte mucho a la solución. Lo importante es, ¿qué podemos hacer?
El evangelio de hoy ( Mt 9,9-13) es muy inspirador, y sin querer agotar el tema quisiera compartir algunas claves que nos aporten luz, pistas, que nos ayuden a probar otras cosas...
Necesitamos mirar de otra manera, pero para ello hemos de atrevernos a 
1. Dejarnos mirar... dícese de ese acto de confianza, y por tanto, de no querer controlarlo todo, sencillamente dejarse, no más. Cuando nos dejamos mirar nos abrimos a la posibilidad de que todo lo bueno y bello de quien nos mira, entre en contacto con uno mismo, pudiendo aportar una gran fuerza motivadora (ya dice San Pablo, "los fuertes tiren de los débiles"). Pues es precisamente cuando peor estamos y nos sentimos cuando menos nos dejamos mirar, y a la vez, cuando más lo necesitamos. Necesitamos saber que no estamos solos, que somos tenidos en cuenta, que se puede caminar y avanzar en dificultad, que somos aceptados tal y como estamos y somos... Y dejarnos mirar sin ser juzgados, ni encasillados. 
2. Liberarnos de nuestra mirada única... Lo que yo veo, yo opino, yo creo... liberarme de los filtros de mi mirada, mis egos, mis prejuicios y etiquetas, mis razones,... Hemos de hacer consciente y aceptar todo aquello que nos limita fuertemente nuestra mirada, condicionando  lo cotidiano de forma monocromática, donde lo único valido es lo mío, y nos lleva a un rechazo casi compulsivo a lo de fuera... Esta mirada única es realmente peligrosa, pues limita seriamente nuestra empatía, alimenta nuestros miedos, y dificulta la confianza. Aquí nos ayuda harto acercarnos a Jesús de Nazaret, y repasar sus miradas a Mateo (hoy), a Zaqueo, al joven rico, a la adultera, a Nicodemo (¡tienes que nacer de nuevo!), al ladrón junto a la cruz .... De Él podemos aprender a mirar de otra manera, aceptando, soltando lastre, ...
3. Soltar el lastre de nuestros miedos... y atrevernos a quitarlos de encima:
  • El miedo  al fracaso, a no triunfar que me lleva a pensar que si no estoy seguro de que voy  a ganar, prefiero pasar... 
  • El miedo al que dirán, que nos paraliza y no impide intentar cosas... 
  • El miedo a la exclusión, a que nos dejen de lado, a ser rechazados, este es de los más ancestrales y cuesta harto quitarlo, con este hay que esforzarse... 
  • El miedo al compromiso, "y si me miran", " y si me tienen en cuenta", "y si me abrazan...", "y si me perdonan... " entonces, "¿qué hago?" ... 
  • El miedo al ninguneo, "para lo que hago", "para lo que cuentan conmigo", "para lo que se fijan en mi", la queja es su escondite...

Todos estos miedos pueden ser eliminados poco a poco, pero sin descanso (¡bueno!, igual un poco!, para coger aire nuevo) ejercitando la confianza en nosotros mismos y en los demás, aceptando que solo confiamos de verdad, cuando confiamos en quienes nos pueden fallar, pues esa fragilidad está en nuestro ADN, somos limitados, frágiles, .... 
¡Pero eso sí!, sostenidos por un amor incondicional  y gratuito, capaz de ver la belleza que llevamos TODOS dentro. Por eso, donde todos ven en Mateo el recaudador de impuestos, a un indeseable, vendido a los romanos (poder ocupador), Él, Jesús de Nazaret ve a un seguidor, a un discípulo, a uno que puede formar parte del grupo de sus amigos, ... 
Necesitamos recuperar OTRA FORMA DE MIRARNOS, para así poder recuperar esa FRATERNIDAD, tal y como nos invita Jesús cada día, Él lo hace posible, dejemos que el nos enseñe. Gracias y un abrazo fraterno a todos.

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