MADE IN JESÚS

Hay cosas que nos cautivan, música que nos engancha, gestos que nos llaman la atención y nos gustan... y también hay personas que marcan la diferencia...

Las que siempre están disponibles, veinticuatro horas, como el "Seven Eleven"...

Las que sirven discretamente, casi sin darte cuenta, hasta tal punto, que se te olvida darles las gracias...

Las que ofrecen esa mirada amable y acogedora, capaz de inspirar confianza a un desconocido...

Las que se paran en medio de las prisas a escuchar, una pregunta, una petición, un favor...

Las que perdonan, sí, las que son capaces de disculpar un error ajeno, un desplante, una mala palabra,... porque piensan que habrán tenido un mal día...

Las que son capaces de acompañar a un enfermo, amigo, familiar o desconocido,... solo están cerca, ofreciendo esa conversación, ese calor, ¡el justo!, para alentar en medio del sufrimiento.

También las hay, repartidas por este ancho mundo, personas que son auténticos ángeles, que ofrecen esa extraña gratuidad, tan difícil de ver, y a la vez tan necesaria... Personas que dan sin recibir, y que en esos gestos secretos cargados de humanidad, encuentran ese sentido profundo de sus vidas... ¡Hermoso!, ¿verdad?

Auténticas semillas de un reino, el de Jesús, que como si de un parto continuo se tratara, no cesa de hacerse presente en las pequeñas gestas del día... Cargado de vida, y que a pesar de tanta resistencia, consigue hacerse hueco, poco a poco, como levadura en la masa. ¡Menos mal!, tanta gente que al estilo de Jesús, hacen realidad el sueño de Dios: levantar la humanidad caída.