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jueves, 5 de octubre de 2017

¡BIENVENIDA LA CALMA!

Todo se acelera demasiado, no se deja espacio para la reflexión, para el silencio, para contemplar, que es distinto a ver... Estamos urgidos a pararnos, hacer una buena dieta de vídeos, declaraciones, y manifiestos... y ganar perspectiva, para empezar a ver de otra manera, contemplar.
Para esto es imprescindible la calma, "subir a la montaña" para desintoxicarse y hacer silencio... 
Se acabó el tiempo de los enfrentamientos, no ayudan, no aclaran, no aportan, no sirven al bien común, no nos llevan más allá... Es importante probar otros lenguajes, procurar otros espacios, que nos ayuden a recuperar esa calma que nos prepare al diálogo.
Necesitamos un tiempo para dejar de ser una simple caja de resonancia de quienes más gritan... y empezar a escuchar nuestra voz interior, nuestro sentido común. Hemos de encontrar esa bondad que todos llevamos dentro y ponerla al servicio del entendimiento. Los juicios, las etiquetas, las amenazas, las tensiones, nos impiden cualquier tipo de toma de decisiones correctas. Ya lo decía San Ignacio de Loyola, "en época de turbación, no hacer mudanza".
Así pues, hagamos todos un esfuerzo en dejar espacio a la calma que tanto necesitamos. Guardemos silencio para generar espacios de escucha. Solo desde ahí podemos recuperar esa claridad que nos permita reconocer al otro distinto a mi como un interlocutor, un ser humano, un hermano,¡ tú decides!
Bienvenida la calma, que nos dejará recolocar  "nuestra casa" y hacer de ella, ese hogar que todos queremos. Un saludo a todos y feliz fin de semana, una buena ocasión para subir a la montaña. 


viernes, 27 de noviembre de 2015

#EN MI NOMBRE

"En mi nombre" solo puedo hablar yo. Otro asunto bien distinto, es que existan muchos interesados en robarnos las palabras, el sentido común, el pensamiento crítico, incluso la capacidad de imaginar y soñar un mundo donde se puedan hacer las cosas de otra manera, donde existan alternativas, y en el que podamos aprender de nuestros errores.
De un suceso dramático, fruto de la "sinrazón" de quienes ejercen la violencia en nombre de un seudo dios, hay quienes tienen la tentación de instrumentalizar estos tristes sucesos para sus propios intereses:  de venganza, de ganar notoriedad, de alianzas económicas, de ganar popularidad de cara a las urnas,...
Ante el sufrimiento injusto de inocentes, sean quienes sean, de París, Siria, Nigeria, Sierra Leona, Haití,... (La lista es demasiada larga, por desgracia) solo queda el ejercicio de una solidaridad activa y comprometida. Sin hacer distinciones, dejando claro que no hay seres humanos de primera y de segunda. 
El hecho de que la violencia irracional llame a nuestra puerta, la de Europa, no nos autoriza moralmente a ejercer una fuerza en la misma dirección y con la misma (si no más) violencia, pensando ingenuamente, que amedrentará a quienes irracionalmente ya la han ejercido previamente. Lejos de tal cosa, aumentará la sed de más violencia.
  • En mi nombre, digo que no votaré a ninguna candidatura que apoye una guerra.
  • En mi nombre defenderé la dignidad del ser humano, también de los que me hacen daño.
  • En mi nombre me acercaré a los que sufren, y les ofreceré mi mano, mi tiempo, mi voz, ... si en algo pudiera aliviarles en su dolor.
  • En mi nombre, me comprometo a seguir creciendo en el diálogo, en fomentarlo, educar en ello y reconocer aquellas situaciones personales donde necesite ejercerlo con mayor esfuerzo.
  • En mi nombre, defenderé la Paz, como el valor más universal y necesario. Sin ella, no hay desarrollo, y nuestros derechos fundamentales (a la vida, hogar, alimentación, trabajo,...) se ven amezados de muerte.
Hay momentos donde es necesario parar, dejar espacio, reflexionar, y orar. Es precisamente esto, lo que nos permite renovar nuestro compromiso de  reconocer, que lo primero es siempre la persona, cada ser humano, amigo o enemigo. En mi nombre, solo puedo hablar yo y mis actos. Y aún así, no lograré hacerme entender todo lo que uno quisiera (Pues en tantas ocasiones sabiendo el bien que debía hacer, hice sufrir a quienes quería). Solo desear que en todo este embrollo, no perdamos el norte y seamos capaces de reconocer "al otro" como ser humano, como "amigo", aunque fuese en otro tiempo. ¡Buenas noches! y gracias.

martes, 8 de octubre de 2013

DE LA INQUIETUD A LA CALMA

Foto de Xabi Segurola
En la experiencia de acoger es más importante darse, que darlo todo. No se trata de hacer muchas cosas. El mejor ofrecimiento es uno mismo: en presencia, cercanía, amistad, escucha,...
Darlo todo, tiempo, ocupación, saber hacer, trabajo, ... nos empuja a pensar que todo depende de nosotros mismos, lo cual es incierto. Pero lo más grave es no nos pone en disposición  de saber recibir, ni acoger al otro, ni dejarnos sorprender, ni de aprender de quien se sienta en nuestra mesa.
Nos conviene que aprendamos a saber parar, con el fin de distinguir y poder quedarnos con la mejor parte, la que pueda aportarnos profundidad y sentido a todo lo que tenemos entre manos.
De nuevo Jesús de Nazaret, nos muestra que es en el trato cercano, en el diálogo honesto y directo donde podemos aportar al otro lo que necesita.Cierto es, que cuando en ocasiones percibimos que alguien quiere dirigirse a nosotros así, preferimos entretenernos en la cacharrería, optando por la superficialidad de las "ocupaciones", que nos permite vivir distraídos de las cosas que realmente nos importan y preocupan. Sutiles engaños que sirven de poco, pues en el fondo, todos deseamos vivir con plenitud y sentido nuestras vidas.
Así pues, hoy una invitación a reducir distancias, a cultivar el diálogo honesto y a fomentar esa escucha atenta de aquellas palabras que pueden aportarnos sentido y horizontes más amplios. Esto es posible cuando sabemos esperar y dominamos esas ansias de hacer, de estar ocupados en no hacer nada que merezca la pena. Aprendamos a parar, para dar valor y sentido a nuestro tiempo de espera... Es así como favorecemos el reconocimiento del otro. ¡Gracias!

jueves, 5 de septiembre de 2013

COLGAR LAS BOTAS...

¿Qué pensarán nuestras generaciones futuras de nuestra forma de resolver conflictos? No somos nada originales, y desde luego, muy duros de mollera. No aprendemos de nuestra historia. Es una ingenuidad pensar que la intervención militar en Siria de "los aliados" (que vendrá de lío  ¡digo yo!) vaya aportar algo más, que la simple demostración de fuerza de unas naciones para con otras, ¡como si eso fuera a resolver un conflicto, que esas mismas naciones ha dejado crecer a lo largo de estos dos años.
Está claro que los niveles de tolerancia de la violencia es distinta de unos  y de otros. Unos ponen la barrera en el uso de armas químicas, ¡como si eso pasara todos los días! Otros en cambio, la ponemos en quienes, cada día se enriquecen vendiendo armas, "legales" e ilegales, alimentando esos conflictos que en los despachos parecen preocupar.
¿Cuándo aprenderemos a colgar las botas?¿A lo largo de nuestra historia no ha quedado suficientemente demostrado que las intervenciones militares son un auténtico desastre y que provocan un grave problema humanitario? ¿Quién defiende a las miles de víctimas? 
Podremos justificar, racionalizar, argumentar,... Pero todos sabemos que la violencia genera violencia, y que los caminos, a veces senderos tortuosos, de la Paz se construyen sin ejercer ningún tipo de violencia. ¿Será que el género humano no está preparado para ello? No, sin duda, ¡y gracias a Dios!, antes que nosotros hemos tenido quienes nos han demostrado que esos caminos de paz son transitables, y ¡bienaventurados quienes se comprometen a construirlos y recorrerlos! Gracias