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sábado, 21 de enero de 2017

PEQUEÑAS LUMINARIAS

Hay personas entre nosotros que son auténticas luminarias. No siempre nos damos cuenta, pero ahí están. Sus vidas han sido fiel reflejo de esa bondad que es pacificadora.Su alegría y sencillez han sido, sin duda, los signos más claros de la presencia  de Dios en su vida.
Así ha sido mi amigo Braulio. Tras ese semblante de niño de casi 70 años, repartió tanto amor como recibió. Han sido muchos encuentros, cumpleaños, celebraciones, y semanas menesianas compartidas.
Dios hace cosas grandes en los sencillos, y en él se despachó a gusto. Nos has educado, Braulio, a prestar atención a lo pequeño, y siempre perdonaste nuestras torpezas. Solo me queda agradecer el gran regalo que ha sido para la Familia Menesiana. En tu cercanía, tu cariño incombustible, y en el como acogías nuestras bromas queda reflejada tu bondad. En tu interés por cada uno de los hermanos que has conocido y por nuestra labor en Hermanos, nos hemos sentido acompañados por ti.
Dios nos regala a todos pequeñas luminarias de su bondad, son muchas, y no siempre las vemos. Hemos de abrir bien los ojos y el corazón para no dejarlas pasar. Y cuando las descubrimos, dar gracias al buen Dios que nos cuida con ellas. ¡Gracias, Braulio!

lunes, 16 de mayo de 2016

NECESITADOS DE TU LUZ...

Que nos rescate de la necedad de creer saberlo todo, de la estupidez de juzgar a quienes buscan el bien, da igual si con la mano izquierda o derecha.
Estamos necesitados de tu Luz que nos haga ver más allá de la intolerancia, propia y ajena. Y así, podremos descubrir en la debilidad, la semilla del buen Dios que hace salir el mismo sol para justos e injustos.
Necesitados de tu Luz, no para aclarar ni explicar, no para demostrar ni tener razón (¡tan sobrevalorada en mi humilde opinión!)... Más bien, para aprender a callar, a guardar silencio, y así, a acoger el día como va, con humildad.
Necesitamos tu Luz, esa que nos aporte lucidez, que nos carge de bondad y comprensión hacia el otro. Esa lucidez que nos abra la puerta del perdón, siendo capaces de ofrecer esa mirada amable que tanto se necesita.
Por eso, al final del día, a veces solo puedo decirte, "Jesús Hijo de David, ten compasión de mi". Necesitamos de tu Luz. Buenas noches y gracias.

domingo, 28 de febrero de 2016

OTRA FORMA DE MIRAR...

En tantas ocasiones nos sentimos con la licencia de juzgar al otro, de cuestionar sus aciertos y señalar sus errores. Incluso nos vemos con el poder de excluirle de nuestro entorno por no considerar que esté a la altura de nuestras expectativas.
Donde todos ven una higuera seca a arrancar, el viñador ver una oportunidad más a cuidar (Lc13,1-9). Toda una lección, que no recuerda que a nosotros "no nos pertenece juzgar ni excluir" (Dolores Aleixandre).
Necesitamos en este tiempo de Cuaresma "reaprender" otra forma de mirarnos y de mirar al otro. Ante la tentación del endurecimiento y la exclusión, hemos de apostar por la paciencia y el cuidado, como una forma de tomar partido por lo más débil, de amar al estilo de Jesús de Nazaret.
Una invitación a sustituir nuestras impaciencias y juicios por la ternura y el cuidado, convencidos en el efecto transformador que tiene el amor. 
¿Acaso de la dureza y de la impaciencia saldrá algo bueno? Hemos de aprender a lazar una mirada amable a quienes nos rodean, más condescendiente, que nos permita ver más allá de sus actos, de sus frutos. Una mirada más profunda que sepa respetar los tiempos de cada uno, sus historias ocultas que  llevan sobre sus espaldas, y que son tan limitantes... 
Desde esa mirada cargada de respeto y bondad, uno renueva esa paciencia, que le hace cada día cavar de nuevo, regar con paciencia, y aprender a confiar en esos gestos que despiertan lo mejor de cada uno. ¡Feliz semana! y gracias.

jueves, 12 de noviembre de 2015

MÁS CERCA DE LO QUE CREEMOS

Es muy fácil quedarnos con lo negativo. Son demasiadas malas noticias a las que nos vemos expuestos cada día. Con el consiguiente riesgo a agriarnos el carácter y distorsionarnos una mirada más humana al mundo.  No debemos dejarnos mermar nuestra capacidad de sorprendernos por la novedad y los signos de bondad que se nos regala   cada día.
Incluso en los lugares más inhóspitos, asoma con naturalidad esos signos de vida y bondad, que necesitamos  para recuperar la  confianza en unas relaciones distintas. Esas relaciones que son capaces de devolver la dignidad y un horizonte  más humano y justo.
¿No lo notáis?¿No lo veis? El reino de Dios está dentro de cada uno de nosotros, abriéndose huevo con esa bondad, y así, pueda traducirse en gestos, presencias, miradas, que devuelvan la esperanza en otro horizonte donde todos tenemos un sitio. Son muchos testigos anónimos los que se empeñan cada día y hacer posible unas relaciones nuevas. Con los de cerca, con los de lejos, con los conocidos, y también con los desconocidos tenemos mil oportunidades para ofrecer lo mejor de cada uno de nosotros, haciendo así mejor la vida de quienes nos rodean, y así, hacemos reino. ¿Te apuntas? 

miércoles, 11 de febrero de 2015

MÁS ALLÁ DEL ENVOLTORIO...

Sin duda la estética hoy es importante, no seré yo quien la desprecie. Quizás por esto mismo, es necesario recordarnos, de vez en cuando, que los importante se juega en nuestro interior, en todo aquello que va por dentro y no se ve a primera vista. 
El refranero de nuestros mayores, se pone de mi parte. Y con él decimos que: "el hábito no hace al monje", "las apariencias engañan", "no es oro todo lo que reluce", ... y otros parecidos que te vienen ahora a la cabeza.
De nuestro interior sale lo bueno y lo malo, los gestos más humanos, y en ocasiones, los más mezquinos... Y sin necesidad de buscar chivos expiatorios, ni conspiraciones imaginarias, nos enfrentamos a diario con nuestras contradicciones y fragilidad, que por desgracia, dejan más cicatrices de los deseado. 
Haciendo un ejercicio de honestidad, sin ánimo de complicar las cosas, es fácil que caigamos en la cuenta de actos aparentemente buenos, con los que buscábamos provocar o sencillamente hacer daño. Y bajo la apariencia de bien voy a ayudar a estudiar a mi compañero de clase, solo para despertar celos en... o busco hacer perfecto ese ejercicio para poner en evidencia a... o me muestro disponible para ... porque espero a cambio...
Da igual que el envoltorio sea más tosco o más refinado, no deja de ser pura apariencia... Y sin hacer de menos a cuidar la tan querida estética, hemos de entrenarnos y ayudarnos a cultivar esa psicomotricidad interior que nos ayude a conectar nuestro interior con nuestros actos. Todo un reto que facilitará que nos entendamos  y conozcamos un poco más, y sobretodo, que ganemos en autenticidad, ser nosotros mismos. 
¿Qué puede ayudarnos a avanzar en este reto?
1. Concédete tiempo y espacio para ti. Ese espacio personal donde puedas reflexionar, pensar, escribir, contemplar, acoger, escucharte, ... sin ficciones, sin escandalizarte, sin sentirte culpable, sin castigarte, sin agobios, ... Abre tu espacio de encuentro y date tiempo,el que necesites. Pues nadie mejor que tú para descubrir tu interior ... Es la número uno, sin esto, es muy difícil avanzar.
2. Aprende de tus errores. Hay quienes optan por ocultarlos y adornarlos, y si lo ven difícil, "le cuelgan el mochuelo a otro" (normalmente "un pardillo"). Sin duda es mucho más sano y eficaz, afrontar los errores aceptándolos. Este ejercicio de sinceridad con uno mismo nos permite crecer, aprender de ellos, descubrir nuestra zona más oscura, y aportar luz, serenidad, aprendizaje gracias a nuestros propios límites. Para este paso, hemos de superar la tentación de quedar bien, de sentirnos más que nadie, o de ningunearme (no son más que puro envoltorio). Tenemos derecho a crecer con nuestras imperfecciones, aunque a decir verdad, cualquier camino no vale.
3. Haz el bien. Es muy previsible que  la forma de trato que deseas para ti, sea compartido por otros muchos. En esto "la pólvora está inventada". Recupera la ternura en tus gestos y palabras, escucha con atención, acompaña a quien no lo espera, comparte lo que tienes, confía en los desconocidos (aunque te fallen), perdona a los que te hacen daño, .... Entonces te darás cuenta que es sencillamente lo que deseas para tí, y que la vida no te da igual, que todo no es lo mismo, que hay formas de marcar una diferencia, que ilusionan y nos llevan más allá de lo que uno esperaba. Pero, ¡claro!, esto solo es posible para quienes decidan mirar más allá del envoltorio.
Es así, como se encuentra un amigo, como se vive con mayor paz, y como uno se descubre pacientemente amado por el buen Dios de la vida, que nunca se queda con el envoltorio. Gracias.

jueves, 8 de enero de 2015

PURA FRAGILIDAD

Pura fragilidad es nuestra condición humana, torpe, miedosa, manipulable, vulnerable,... Pero a la vez, hay algo más, mucho más grande de lo esperado, no perceptible en un primer vistazo. Pero con una cierta atención y observación, uno queda maravillado. Junto a esa fragilidad inevitable, anida en nuestro interior la capacidad de darse, empatizar, de ser compasivos, de alteridad y abrirse a lo diferente y distinto. Reside en nosotros esas múltiples maneras de amar y tejer lazos. ¿Sabes qué? Que es esto mismo lo que ennoblece  nuestra condición humana, y nos hace trascender tanta fragilidad y contradicción.
Es precisamente desde esta compasión y alteridad, desde esta actitud de búsqueda y apertura al otro y al mundo, la única manera auténtica de invocar y hablar de Dios. Pues Dios solo quiere que el hombre viva, y viva con plenitud, libre y desarrollando todo su potencial en bien así mismo y sus semejantes.
Cualquier otra manera de hablar de Dios, es sin duda, perversión y maldad del hombre, en búsqueda ciega  de sí mismo, de poder y dominio. Sus frutos son evidentes: violencia, amenaza, muerte, destrucción, en definitiva la cultura de miedo. Pues es la única forma de someter voluntades. Dios, nunca estará ahí.
Hagamos memoria de las víctimas de la violencia irracional, pero sobretodo, de quienes día a día, en pura fragilidad, dan lo mejor de sí mismos, ofreciendo a manos llenas esa humanidad que desvela de mil manera a ese Dios que solo reside en los gestos de amor.
Recordemos nuestro reto, hacer un mundo mejor para todos.

domingo, 30 de noviembre de 2014

LA FUERZA DE LA BONDAD

Sobresaturados de noticias de corrupción, engaños, violencia,... Sería bueno darnos un toque de atención, espabilarnos un poco y abrir bien los ojos. Poner los cincos sentidos, y si hiciera falta desplegar el sexto... Se acerca el tiempo, más bien hoy ha comenzado, de buscar lo diferente. Tiempo de Adviento.
Un tiempo de confiar en la bondad que nos habita a todos, que habla de un Dios que lo comparte todo con nosotros en lo más hondo de nosotros mismos. Tiempo de ir descubriendo cómo estamos preñados de un amor, capaz de inspirar y desplegar lo mejor en cada uno de nosotros.
Estamos en tiempo de desplegar las antenas, abrir bien los ojos, y sobretodo, el corazón. Tiempo de dejarnos inspirar por lo sencillo y pequeño, por los gestos más cotidianos preñados de esa Bondad, que nos recuerda, que Dios ya nos habita, que no tenemos que ir a ninguna parte, que no se esconde, que nuestro Dios, es "Diosconnosotros" (Enmanuel), que ya está, ¡entérate!
Tiempo de dejarnos acompañar por Jesús de Nazaret, por sus palabras, por sus gestos, ... Superando prejuicios y compartiendo búsquedas comunes.
Deseo que este tiempo de Adviento, que empieza hoy, sea para todos nosotros, creyentes y no creyentes, para católicos y de otras confesiones, y para tantas personas de bien con las que compartimos camino, tiempo de experimentar la fuerza de la Bondad. Y así, recuperar la confianza en el ser humano, y aportar luz en tanta penumbra.

viernes, 28 de noviembre de 2014

DESLUMBRADOS

Salimos esta tarde de paseo por las calles de nuestra ciudad (yo por Bilbao) y uno se ve sorprendido por la hermosa y seductora estampa de la iluminación navideña... Cada vez antes, se adelantan incluso al inicio del Adviento, ¡los tiempos!, son tan distintos para los comerciantes, que para los creyentes...
A lo largo de nuestro paseo nos han acompañado estas "lucecitas" reclamando de los viandantes casi de forma compulsiva, ese deseo de comprar, aunque sea por inercia, porque ya toca.
Me hace pensar que vivimos deslumbrados y sobreestimulados, despertando, en ocasiones, conductas simples, que nos restan libertad y no nos dejan espacio para pensar. Toda una maquinaria comercial ya se ha puesto en marcha reclamando de nosotros la conducta más básica en estas fechas, que es comprar, consumir por encima de nuestras necesidades (mientras escribo esto, a la vez pienso ¿qué voy a regalar a mis sobrinos, a mi familia, a...).
Estamos llamado a iluminar, no a deslumbrar. Más que nunca es necesario ver un poco más allá de lo inmediato. Darse tiempo, compartir tu tiempo, cuidar espacios de encuentro, y no dejarnos cautivar por lo compulsivo.
Iluminan las personas que ofrecen pequeños gestos de bondad, compatibilizando familia, trabajo, voluntariado en el banco de alimentos, en Cáritas o en Cruz Roja. Iluminan las personas que son capaces de mantener unas relaciones cálidas  y humanas, cargadas de respeto y valoración, dignificando a todos los que entran en contacto con ellos.
Iluminan las personas que son conscientes que no viven solas en el mundo, y salen de sí mismas, y se reparten y se comparten en compromisos anónimos, que hacen de su entorno, un mundo más habitable.
No nos dejemos deslumbrar, y preparémonos estos días, a ser luz, pues son muchos lo que aún hoy, viven en la penumbra del olvido y la precariedad. No escatimemos gestos. Gracias.

martes, 16 de septiembre de 2014

LUZ EN LA NOCHE...

Cuando parece que no se puede ver con claridad. Cuando en medio de la noche hay quienes aprovechan furtivamente. Cuando el miedo y la decepción parecen que acampan entre nosotros... Es necesario recordarnos la luz que llevamos dentro. Ese tesoro escondido de cercanía y humanidad, que hacen de nuestra casa un hogar. 
Es tiempo de hacer memoria, y recordarnos que el sufrimiento y el desamparo al que están sometidos tantos seres humanos, hermanos nuestros, no tienen la última palabra. 
Aún en medio de este camino, queda por decir una palabra, la de Jesús de Nazaret. Donde unos no ven más que muerte y desolación,  otros reconocemos una Palabra de vida, hecha gesto, cercanía, y compromiso con los más débiles. 
Es tiempo de vencer el miedo a la bondad y ternura, como anima el Papa Francisco I, y lograr sacar lo mejor de cada uno. 
Es tiempo de ofrecer palabras de aliento, que nos hagan ver más allá y ayuden a intuir que tenemos horizonte más justo y humano.
Es tiempo de hacer gestos oportunos, que alivien las heridas, y nos acompañen en el camino difícil. Arrimar el hombro, acercarnos al que sufre, compartir lo que tenemos, abrir nuestra puerta,... Ofrecer la luz, el calor de un hogar.
No basta con un análisis crítico acertado, ni con tener ideas alternativas que deslumbren al personal... Es tiempo de ofrecer luz, espacios y gestos en los que nos podamos apoyar, sostener en medio de la dificultad. Y en esto, los cristianos, tenemos de quien aprender. 
Es tiempo de levantar ánimos, tender la mano, abrir espacios. Pues no hay mejor manera que ofrecer esa bondad y ternura, para hacer posible unas relaciones nuevas. ¡Ánimo!, cada gesto importa. Gracias.

lunes, 24 de febrero de 2014

¡MÁS HUMANOS!

Los últimos acontecimientos de violencia, los conflictos bélicos que llevan acompañándonos toda nuestra tozuda historia, ponen en evidencia aquello que más necesitamos, ¡un poco de humanidad, por favor!
Más que nunca es imprescindible caminos nuevos, atrevidos, diferentes, que marquen la diferencia y nos abra horizontes nuevos, más esperanzados.
La bondad nos hace más humanos. No descubro la pólvora, lo sé. Antes que yo otros muchos, y más mediáticos que yo, nos lo dijeron, incluso lo defendieron con su propia sangre, Jesús de Nazaret, Ghandi, Martín Luter king, Oscar Romero, ... La lista les aseguro que es mucho más larga... 
Pero llega el tiempo, ya estamos en él, donde debemos mostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera. El odio, la venganza, la fuerza, el poder, el engaño y la manipulación, entre otras  muchas, ya sabemos donde nos llevan. ¿Por qué insistir en lo que ya sabemos que no funciona fruto de un simple vistazo a nuestra historia pasada y reciente? (Yo tengo mi repuesta al respecto que comparto brevemente: lucro, intereses personales, ocultar la verdad, el abuso, el lujo, los privilegios, y otros parecidos... hacen necesario no cambiar el sistema que lo permite. Dejar las cosas como están para ver como quedan.
¿Y si apostamos por la bondad? Como si tratase de uno de esos vídeos virales de Youtube podría extenderse a través de nuestras relaciones más cercanas, ofreciendo un estilo distinto, alternativo, capaz de hacernos ver que es posible. 
Pistas que nos ayudaría a experimentar que la bondad nos hace más humanos:
1. La bondad nos impulsa a pensar en el otro, en aquello que necesita, que le dificulta su vida, y nos anima a ponernos en su lugar, estimulando nuestra empatía.
2. La bondad nos presenta lo bueno y justo como algo deseable para todos, especialmente para quienes están más alejados de  ello. Nos aúna en ese compromiso por el Bien Común, que es aspiración legítima de todo ser humano.
3. La bondad nos habla del deseo de construir con otros, más allá de nuestras diferencias en opiniones, y visiones. Pues la bondad salva siempre a la persona. Nos orienta a ese trabajo cooperativo de quienes reconocen que comparten objetivos, y que hay más cosas que les unen que les separan.
4. La bondad se sostiene en el perdón. Mi mierda no huele mejor que la tuya. Todos compartimos esa fragilidad e incoherencia, que nos llevan a cometer errores. Pero la misericordia nos recuerda que el amor puede más, y tiene una fuerza profundamente sanadora y reparadora, que es muy difícil encontrarla en otra parte.
5. La bondad nos recuerda que el centro no soy yo, sino mi hermano. Es esa invitación discreta y respetuosa a ofrecer lo mejor de uno mismo en favor de quienes más nos pueden necesitar. 
Son muchas personas que ayer y hoy nos recuerdan que las cosas pueden ser de otra forma, y podemos hacer de nuestras relaciones un canal de compromiso por un mundo diferente. ¿A qué esperamos? Gracias y ánimo.

sábado, 15 de diciembre de 2012

BONDAD SIN REBAJAS...

Cuando nos encontramos con personas que buscan el bien de sus semejantes sin titubeos, ni ambigüedades... Cuando conocemos a personas, no suelen ser muchas, pero más de las que pensamos, que se mueven sin buscar sus propios intereses... Cuando somos testigos de personas que navegan por lo cotidiano comprometidos en lo sencillo de cada día para hacer las cosas más fáciles y dignas a los demás... Cuando esto pasa, ¡y pasa!, se lo puedo asegurar, se refuerza en nuestro interior esa convicción de que las cosas, nuestras relaciones, el mundo en el que nos movemos lo podemos hacer distinto, hay alternativa.
La pega (¡vaya parecía todo muy bonito!) es que estas personas con esa bondad sin rebajas causan en su entorno un efecto en dos direcciones opuestas.
Por un lado, despiertan en algunos una fuerza positiva  y de atracción muy fuerte. Especialmente en los más sencillos y pequeños. En las personas más vulnerables, que son las que acogen esa bondad como fuente de alivio y de ánimo para seguir afrontando con ilusión y esperanza los envites de la vida. Son precisamente estas personas que apuestan por una bondad sin rebajas, las que nos recuerdan que "Dios sigue con nosotros", nunca abandona.
Por otro lado, quienes se mueven desde esta bondad sin rebajas, despiertan el desconcierto y el miedo en aquellos que están acostumbrados en moverse por la vida buscando solo sus propios intereses, centrados en su propio beneficio. Manifestando con descaro y desparpajo esas conductas y actitudes, muchas de ellas socialmente admitidas, aunque todos intuyamos que son claramente deshumanizadoras. Principios que rigen el oportunismo, la competitividad o el poder: "busque el éxito a toda costa", lo importante es mantener las apariencias, tu imagen", "Primero tú y luego los demás", "el que da primero da dos veces", "acumular da seguridad", "Mientras no se sepa todo vale", "Todos tienen un precio",....  
Al final, estos principios roban la libertad de movimiento y de corazón, distorsionan la mirada y acaban empujando a estas personas a ejercer la violencia, en la mayoría de las ocasiones sutil, frente a quienes deciden situarse en la vida desde una bondad sin rebajas. La manipulación, el engaño, los rumores, la ridiculización, se convierten en sus mejores armas para intentar enmudecer a quienes sencillamente buscan el bien de sus semejantes y nos recuerdan que las cosas pueden ser de otra manera.
Ya nos ha enseñado la historia, que la crueldad de quienes ejercen esta violencia, nunca acallará del todo esa semilla de bondad que todos llevamos dentro. 
Tiempo de espera (adviento) y tiempo de aliento. Y aunque en ocasiones, la bondad se pague cara, dejémonos inspirar y animar por quienes marcan el camino, angosto y arriesgado, del bien común. ¡Gracias!

lunes, 29 de octubre de 2012

SEMILLAS DE BONDAD...

Es necesario reservar espacios y momentos en los que poder hacer presente a esas personas, cuyo paso entre nosotros fue un auténtico regalo. Fueron familiares, amigos, compañeros, o solo conocidos, ¡da igual!, supieron aportar con sus vidas ese plus de bondad que necesitábamos los que estábamos cerca de ellos. Sus gestos, sus esfuerzos, sus miradas, nos recuerdan que amar en lo cotidiano es posible y que merece la pena.
Unos inspirados por la persona de Jesús y su proyecto, y otros por motivos bien distintos, fueron todos, capaces de coincidir en lo fundamental: pasaron por la vida haciendo el bien, mostrando que el amor puede tener la última palabra. Cada uno a su estilo y manera hicieron de sus vidas proyectos cargados de sentido. 
Fueron ángeles en vida que nos supieron acompañar, y ahora son santos anónimos que nos recuerdan que una vida entregada con sentido está preñada de vida, y una vida sin fin.
Hagamos memoria, recordemos sus historias y rostros, hagamos presente sus proyectos  y opciones de vida. Los que aquí quedamos somos afortunados, pues de ellos heredamos certezas ocultas, esperanzas contenidas, y alegrías secretas, las cuales nos pueden alentar y sostener en nuestras idas y venidas. Aprendamos a recoger los frutos que otros con su bondad sembraron y agradezcamos con sencillez las pistas del camino que nos dejaron. Podríamos lamentarnos, ¿pero que ganamos?¿Acaso hacemos así justa memoria? Más bien, pienso que mejor hacemos en desplegar, expandir, abrirnos a ese misterio de amor, que nos recuerda que para dar fruto, es necesario darlo todo. Un abrazo y gracias.