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domingo, 13 de diciembre de 2015

¿QUÉ PODEMOS HACER?

En medio de esta campaña electoral, donde la principal tarjeta de presentación es desacreditar al contrario y torcer la realidad, en el mejor de los casos, para captar nuestro voto; resulta urgente esa recomendación del evangelio de hoy: aventar la parva, para quedarnos con el grano, lo esencial.
Soy de ciudad, pero a pesar de ello, hay imágenes de campo que me resultan muy inspiradoras. "Aventar", echar al viento, y así separar el grano de la paja. Sabernos quedar con lo esencial, con lo que realmente merece la pena. Precisamente  en un momento donde lo superficial es lo que manda, donde la primera imagen es lo que cuenta, y donde ese ejercicio de nuestros mayores, de saber separar para distinguir, se está olvidando.
Hoy más que nunca hemos de aprender a distinguir, profundizar, y buscar estrategias que nos ayuden a saber diferenciar entre lo esencial y lo superfluo. 
Al final, la poca catadura ética y social de nuestros políticos, se puede medir en el contenido de sus mensajes repetidos una y mil veces en entrevistas, mítines y debates, que torturan nuestros oídos, y nos embotan con la mierda que se echan unos y otros. 
Se echa de menos un lenguaje más sencillo, con propuestas claras y realmente alternativas, que hagan visible que las cosas se pueden hacer de otra manera, apostando por ese bien común.
"¿Qué podemos hacer?" le preguntaban a Juan  Bautista... Y el tipo nos ofrece tres claves, ¡qué ya me gustaría a mi que formaran parte de nuestros programas electorales!
1. Compartir. Nos guste o no, el trato con justicia nos exige un esfuerzo real y comprometido de los que más tenemos, hacia quienes más lo necesitan. El compartir puede ser ese milagro cotidiano que devuelva la dignidad y humanice nuestras relaciones. Proponer dinámicas capaces de sumar a todos aquellos que estamos dispuestos a arrimar el hombro, asumir esfuerzos, a ofrecer recursos en favor de quienes  peor lo pasan. Y dejar de hacer demagogia y mítines baratos para despistar a personal. 
2. No exigir más de la cuenta. Esto implica una opción clara y decidida por  quienes peor lo están pasando. Cuando las cosas vienen mal dadas, cuando las crisis nos aprieta, cuando estamos en dificultad, no es legítimo, ni ético, cargar el peso en la parte más débil. Esto implica ponerse al lado de quienes sufren el paro de larga duración, de quienes llevan años sufriendo los desahucios, de tantas familias que no llegan a final de mes. Esto no es posible, sin que aquellos que mejor estamos, arrimemos el hombro, y nos achuchemos en favor de quienes peor lo  pasan. 
3. No engañar, ni extorsionar. Debemos de dejar de mirar a otro lado. No permitir que nuestros servidores públicos se enriquezcan (aunque sea legalmente) a costa de los esfuerzos de quienes peor están. Tiempo de tomar decisiones y lleva acabo acciones claras, que combatan la corrupción. Los ciudadanos no solo necesitamos que asuman responsabilidades y pidan disculpas (¡cosa que todavía no han hecho!), sino que se tomen medidas reponedoras que luchen contra esta corrupción institucionalizada. Fortalecimiento de la justicia y dotarlas de más medios para luchar la corrupción, el dinero recuperado emplearlo en causa sociales, ... Dejar de utilizar esta corrupción como arma arrojadiza, y asumir más con humildad los errores y proponer una forma mejor de hacer las cosas. ¡Cuántas promesas incumplidas! Los programas electorales lo aguantan todo, pero quienes no lo aguantan todo, son tantas personas hartas de sufrir el olvido. 
Aventemos tantas palabras dichas, separemos lo esencial de lo superficial, distingamos los intereses personales y búsqueda de poder, con quienes busquen de verdad el bien común. 
Tiempo de discernir y buscar juntos ese Bien Común. Gracias y feliz semana.

jueves, 30 de agosto de 2012

BUSCADORES DE SENTIDO...

Es de agradecer encontrarte con quienes son capaces de salir de lo preestablecido, de los convencionalismos, de lo que toca, ... y ponerse en camino. Sin comodidades, sin muchas explicaciones ni argumentos, haciendo ese extraño ejercicio de confiar. Sin grandes preparativos ni montajes, ponerse en marchar y dejarse hacer por el camino, por la propia experiencia del encuentro con el otro.
Hay quienes subsisten y sobreviven en la rutina... pero también los hay quienes desean, quienes buscan, quienes no quieren respuestas prefabricadas, ni etiquetas facilonas, quienes no dicen "estar devuelta sin haber ido", ... Son los que se hacen preguntas, buscan respuestas, y desean encontrar esos pilares donde fundamentar su existencia. Son los que arriesgan tiempos, vacaciones, relaciones, comodidades,... Y sin tenerlo claro del todo, hacen la mochila, y se ponen en marcha... Y casi sin saberlo, se inicia una dinámica misteriosa de diálogo cómplice, de vidas abiertas, de preguntas sedientas de sentido, y de palabras cargadas de vida, de compromiso, de justicia, humildad, reconociendo en la persona de Jesús todo un proyecto de vida ... 
Todas ellas nos recuerdan, que quien busca haya, que nuestro Dios no se esconde, y que en la vida tenemos mil oportunidades para encontrar a ese Dios que nos habita en lo más dentro de cada uno, en la naturaleza que nos abruma, en la "conversa" de quienes nos acompaña, haciéndonos olvidar agobios y cansancios, ....
Gracias a todos vosotros/as, buscadores de sentido, por vuestra valentía, por superar inercias y perezas, por querer más y no conformaros con lo de siempre, con lo políticamente correcto, con lo que toca, o simplemente con lo que esperan los demás de nosotros,...
¡Ánimo!, las cuestas interminables no desaparecen, las heridas no se cierran automáticamente, los obstáculos no desaparecen, y las dudas nos seguirán asaltando, (¿Pero que pinto aquí?, ¿No será una pérdida de tiempo descomunal?,)... Todo forma parte del camino, pero se llega a la meta. No si esfuerzo, no sin compromiso, no sin renuncias, no sin esa apuesta por la Vida, con mayúsculas, por ir encontrando respuestas a nuestros deseos más profundos.
¡Gracias por dejaros acompañar!, me siento afortunado.