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jueves, 9 de octubre de 2014

¿DESCONECTADOS?

¿Acaso nos enteramos de algo?¿Estamos preparados para "pillar" lo que realmente importa?¿Conectamos con lo que pasa a nuestro alrededor? ¿y más allá? ¿y más acá, muy acá, en nuestro interior? 
En ocasiones me veo como un simple consumidor bombardeado por más información de la que puedo tragar... Twitter, Facebook, la televisón, nos ponen en el momento en una pista, que con un simple "tic" en el smartphone, o un simple zapping, nos pasa del Ébola a la goleada de Real Madrid sin despeinarnos... Sí, nos hemos enterado, pero ¿hemos conectado realmente? 
La redes sociales son muy potentes, pero conectar con las vidas que nos acercan, o hacer consciente como me afectan a mi propia vida, conectar con ese interior que no es de goma, es cosa de cada uno.
Tengo cierta sensación que vivimos empanados, como que no esperan nada de nosotros, como que solo ven en nosotros máquinas de consumir información, tiempo, ... Y es evidente que no es cierto. Hay vidas con mucho corazón, que hace circular sangre por nuestras venas, que nos hace personas activas, vulnerables, ¡si!, pero con una gran capacidad de conectarnos unos con otros, de crear lazos, de empatizar con nuestros semejantes, de sumarnos a causas justas, ¡y cómo no!, compartirlo en la redes sociales...
Necesitamos conectarnos con nuestro interior, con el mundo, y en especial, con ese Dios que nunca abandona.
Hoy quisiera hacer presente a las víctimas olvidadas, ya por los medios y las redes sociales, del Ébola en África. Parece que el drama de sufrimiento y olvido que padecen en Sierra Leona, o Nigeria, ya han bajado la audiencia... Pero siguen ahí, luchando, sobreviviendo, o malviviendo... ¿Preferimos no conectar con su suerte? O quizá habría que decir con su mala suerte. 
No, lo que urge es cultivar la conexión, esta actitud vital que nos permite entrelazarnos los seres humanos. Urge empatizar y abrazar, aunque sea virtualmente, esa causas que necesitan apoyo, presencia, y así, lanzarles ese mensaje contundente, "No estáis solos", con vosotros, estamos muchos más, y trasmitir un poco de esperanza en medio de la oscuridad, y apoyo a quienes están comprometidos en medio de esa oscuridad.
Así pues, conectémonos con la vida, de quienes la tienen más amenazada. Ahí , sin duda, nos encontraremos a Dios. Y en esto, también nos pueden ayudar las redes sociales. Gracias.

domingo, 7 de septiembre de 2014

HACERSE CARGO ...

... No es tarea fácil, requiere una fuerte dosis de implicación, un deseo de honesto de entrelazar una vida con otra. Hacerse cargo de nuestros semejantes pide una mirada de altura y profundidad a la que no estamos muy acostumbrados. Es mejor el escaqueo, hacerse el tonto, mirar a otro lado, ... Pero todos sabemos que esto último, si bien pueda ser lo más común, no es lo que marca la diferencia, no construye, no humaniza esos espacios tan necesitado de presencias distintas, de calidez y reparadoras. 
Hemos de volver a Jesús de Nazaret, a esos gestos y acciones inequívocamente humanizadoras. Esas comidas, esas conversaciones, esa cercanía que tocaba todo lo que era "impuro", esa complicidad con todo lo que estaban fuera del sistema, esa palabra oportuna,... Hoy más que nunca, necesitamos entrelazarnos, hacernos cargo de quienes necesitan esos gestos, esas acciones. Necesitamos narrar nuevas historias que hagan presentes esas buenas noticias de la que tanto estamos necesitando. Necesitamos decisión, coraje, atrevimiento,... Pero sobretodo, fe. Necesitamos fe en uno mismo, en el hombre, y en Dios. Un Dios que nos recuerda cada día, en Jesús de Nazaret, que aún hay un camino que construye. Feliz semana y ánimo. Gracias.

lunes, 4 de febrero de 2013

REPARANDO LO HUMANO...

¿Pero qué nos destroza?... La opresión, La injusticia, el abuso, el poder, la violencia, el lucro, la ignorancia, el fundamentalismo,... Y las más cotidianas, como el engaño, el desamor, la prepotencia, la envidia, la avaricia, la superficialidad, la inflexibilidad, la doblez,... Como veis son muchos, ¡legión!, los que amenazan la integridad y dignidad del ser humano cada día.
Pero hoy, tenemos una buena noticia. En este camino, a veces más duro de lo esperado, no estamos solos. Tenemos a quien acudir cuando la tormenta arrecia y parece que no hay salida. Jesús de Nazaret nos recuerda (Mc 5,1-20), que no hay herida que no pueda curarse, ni peso del que no podamos desprendernos, ni cadena que no podamos romper.
Que necesario, diría mejor urgente, entrar en las dinámicas reparadoras de Jesús: la del encuentro, la de la escucha atenta,  la de pararse en el camino, la de saber preguntar, la de conectar con lo que necesitas,... 
Dinámicas reparadoras que hacen posible dejar de lado todo lo que nos aprisiona y no nos deja ser nosotros mismos. Basta con acercarse, dejarse, confiar en que es posible... Y cuando uno menos lo espera, nos encontramos esas personas, que al estilo de Jesús, son capaces de ofrecernos ese abrazo inesperado, esta o aquella palabra oportuna, o quizá aquel gesto a tiempo... 
No estamos solos, ¡animo!, son muchos quienes cada día reparan lo humano, devolviendo  discretamente esa dignidad en gestos anónimos de amor, como ese ejercicio cotidiano de compasión que nos hace vivir entrelazados, con quienes nos encuentran en el camino cada día. ¡Una gozada!