Mostrando entradas con la etiqueta ACOMPAÑAR. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ACOMPAÑAR. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de octubre de 2017

HÉROES DESCONOCIDOS...

De carne y hueso, con historias cotidianas, con gestos inesperados, cargados de amor, de entrega y generosidad. No ocupan portadas de periódicos, a no ser se cruce (por accidente, ¡por supuesto!) con lo mediático.
¡Misioneros!, hombres y mujeres, que hace una opción por ir más allá, por dejar sus zonas de confort (¡todos tenemos las nuestras!) y poner en juego todo. Es así como aprendemos a amar, y dejarnos amar de otra manera. Es así como aprendemos a ser personas que ponemos en relación, y nos convertirmos en la vida diaria en "facilitadores", auténticos misioneros en lo cotidiano:
  • Facilitadores del encuentro con uno mismo, y así descubrir ese Amor que nos habita.
  • Facilitadores del encuentro con el otro, el diferente, el distinto a mí, descubriendo en la aceptación y la confianza la puerta de entrada al entendimiento.
  • Facilitadores de las relaciones, ofreciendo una fraternidad accesible, cargada de gestos de cercanía, acogida y servicio.
  • Facilitadores en la superación de las heridas, miserias, obstáculos, prejuicios, conflictos,... Pues son los auténticos enamorados de la Vida quienes son capaces de acompañar en lo cotidiano.

Celebremos la vida regalada y compartida, por tantos héroes anónimos, hombres y mujeres que con sus vidas hacen posible el amor, y hacen un mundo mejor. Auténticos facilitadores de Vida, donde otros no quieren ir. ¿Acaso hay otra forma mejor de ser testigos de Jesuscristo? Tú y yo, también podemos, ¡ánimo!

martes, 22 de agosto de 2017

¡LA BONDAD ASOMA!

Cuando menos lo esperas, cuando todo apunta a que no es posible, cuando el corazón se encoge con lo que uno escucha, cuando uno aguanta las ganas de llorar con lo compartido por ese joven que sufre harto en silencio... Es entonces cuando te sorprende y asoman esas semillas de bondad en esas vidas compartidas, que me da una lección de paciencia, de resiliencia y de gratuidad,... En esa lucha por salir adelante, por sobrevivir hay quienes casi sin darse cuenta ofrecen una semillas de auténtica bondad: gestos, actitudes, acciones, que evidencian lo hermoso y bello que llevan dentro cada uno de esos jóvenes.
Me emocionan y despiertan en mi la confianza en la propia fragilidad de la vida. Uno descubre como Dios nos acompaña en la noche y nos hace fuertes en la debilidad. 
Acompañar, hacer camino con tantos jóvenes, acoger tantas vidas compartidas, me hace descubrirme pequeño, vulnerable con ellos, y a la vez, me sorprendo aprendiendo de búsquedas, de deseos profundos, de las ganas de vivir con sentido, y no solo sobrevivir.
Con razón Juan María de la Mennais, hablaba a los hermanos de la Escuela como Templo... En cada niño y joven, Dios se nos regala. Cuando finaliza cada encuentro personal con un joven, se reaviva en mi esa "zarza ardiente" misteriosa que no se apaga, y despierta en mi el deseo de renovar mi compromiso de hacerme hermanos de cada joven que más lo necesita, y menos lo espera.
Sus luchas, sus búsquedas, sus errores y fragilidades, despiertan en mi un profundo respeto, y me ayuda a descubrir esas semillas de bondad que llevan dentro. Por cada unos de estos jóvenes, por los que están por llegar... ¡Gracias!
Sigamos tejiendo lazos, y generemos una cultura del encuentro, que nos permita descubrirnos acompañados y profundamente amados, tal y como somos. 

domingo, 7 de mayo de 2017

"TU VIDA ME IMPORTA..."

Hay quienes sienten que su vida no importa, que no tienen un espacio para ellos en este mundo, que no están llamados a nada,...Lo que hace que sus días se tornen grises, y no encuentren la chispa que necesitan para salir adelante. Éstos son más de los que parecen, y sufren mucho en su interior.
Hoy quiero reivindicar que todos somos llamados, que todos somos amados por el Buen Dios, que nos susurra en el oído: "tu vida me importa".
Nuestra vida con sus idas y huidas, con sus heridas y alegrías  es acogida  y acompañada, como la de esos discípulos despistados de Emaús.
Hemos a saber estar, despertar el deseo de más, hacer descubrir la bondad y belleza que encierra la vida de cada uno, y así, descubrir que todos tenemos un lugar en el mundo, que el Buen Dios cuenta con cada uno de nosotros en ese Proyecto de hacer un mundo mejor. 
Que nuestras palabras, que nuestros gestos, sirvan para susurrar al oído de quienes más lo necesitan, "tu vida me importa", y puedan sentirse habitados por ese amor incondicional que despierta lo mejor de cada uno  y nos hace brillar. Es entonces, cuando responder a una llamada, se convierte en una aventura que nos alegra la vida y nos abre al mundo que nos rodea.
"Tu vida me importa" se convierte en ese grito de la Revolución de la Ternura de la que habla el Papa Francisco, que nos hace estar atentos a la debilidad y la fragilidad de quienes están a nuestro lado, y necesitan descubrir en nuestros gestos y palabras oportunas, ese amor incondicional capaz de reconstruir, y rehacer historias. ¡Ánimo y gracias!

domingo, 30 de abril de 2017

Carta a Diego, " De vuelta a casa"

          Querido Diego:
 
Gracias por dejarte acompañar por esos caminos complicados de la vida, por la oportunidad de acoger tu vida, con tus miedos, tus luchas y tus oscuridades. Gracias por vislumbrar juntos esa Luz que también nos acompaña, en personas, en gestos,... que nos recuerda que nunca estamos solos.
Diego, gracias por tu esfuerzo de apertura, por tu confianza con tu inesperado y nuevo compañero de camino. Has sido capaz de reconocer, desear es Luz, que empieza a dejarte ser tú mismo. No es fácil, Diego enfrentarte a tus sombras, ya lo sabes. De a poquito lo iremos logrando y respondiendo a tus deseos más profundos. De a poquito irás recuperando esa Alegría interior que tanto ansiamos todos. De a poquito irás recuperando esa paz que te deje ser tú mismo.
Es emocionante Diego, ser testigo de "tu camino de vuelta a casa", vuelta a la Vida, a la aceptación, a descubrirte profundamente amado, tal y como eres. Así es Dios, Diego, incondicional. El nos recuerda que no somos lo que hacemos, somos para Él mucho más, hijos y hermanos.
Recuerda Diego que en este camino  nunca estás solo, tienes a quienes te acompañamos "en el camino vuelta a casa". Un abrazo fraterno.

Es mi carta a Diego joven que estoy acompañando en una aventura dura y gozosa a la vez. Son muchos jóvenes en nuestros centros los que necesitan ese acompañamiento y apoyo para "volver a casa". Aprendamos a hacernos compañeros de camino, a fomentar una cultura del encuentro y de ternura, que les permita redescubrir su dignidad de hijo y hermanos.
A nosotros como hermanos menesianos, nos queda la hermosa y apasionante tarea de hacernos hermanos de quienes menos lo esperan y más lo necesitan, como deseaba Juan María de la Mennais. Gracias.

jueves, 6 de octubre de 2016

"POR" Y "CON" LOS JÓVENES

Me considero un tipo afortunado. Recién aterrizado en tierras chilenas y bolivianas se inicia para mi un nueva etapa de reaprendizaje, culturas y costumbres nuevas toda una presencia educativa hermosa posible gracias al esfuerzo de muchos. Se ha abierto para mí un tiempo de escucha y diálogo, que se ha traducido en conversaciones con hermanos, educadores y jóvenes. Un tiempo para aprender a amar.
Esta mañana gracias al encuentro con Kevin, me ha resonado de nuevo en mi interior:"¡cuántos jóvenes sufren en silencio!" Al finalizar la conversación se resonó esa llamada urgente a saber estar en medio de ellos e impulsar en nuestras escuelas menesianas hermanos y educadores que sepan acompañarlos.
Una tarea apasionante hacernos cada día hermanos de quienes no lo esperan, como hoy me sucedió con Kevin. Una llamada a crear lazos con los jóvenes, que el propio Juan María de la Mennais, hizo permanentemente a los hermanos. Cuatro claves me parecen esenciales, las comparto con ustedes.
1. Estar atentos. Necesitamos educadores, hermanos que presten atención a los jóvenes, a sus caras, a sus miradas, a tonos de voz,... Educadores y hermanos que levanten su mirada de las programaciones y los libros (en algunos lugares ya son ipads) y vean la vida que fluye por sus alumnos/as. Hermanos y educadores que sean capaces de ver más allá de una mala contestación o una tarea sin hacer.
2. Necesitamos hermanos y educadores que sepan escuchar con plena atención: guardando silencio, dejando hablar, mirando a los ojos, como si de un ejercicio de contemplación fuera (Ya nos decía Juan María la escuela es nuestro templo).Un silencio que hace posible una escucha sin juicios, dando oportunidad a que se expliquen, encuentren sus palabras y tengan  una experiencia liberadora. Una escucha sin condiciones donde lo importante no es tener razón sino la vida que se esconde en tantos problemas. Una escucha que lleve al joven (a Kevin, a Dani,... y a tantos otros) más allá de lo que esperaban.
3. Necesitamos aprender a acoger. Aceptando a cada joven como es, con un deseo sincero de empatizar y meternos en sus zapatos. Sin consejos prematuros que suenen a enlatados. Cuidando un clima cálido y sencillo, libre de etiquetas que los empequeñezcan. Hermanos y educadores que acojan las palabras de los jóvenes como tierra sagrada, donde Dios también se da a conocer.
4. Educadores y hermanos dispuestos a ofrecer. Primero su tiempo, dejando las prisas, los agobios a un lado. Creando espacio y tiempo para el encuentro y la escucha como una opción radical (pues apunta a la raíz, a lo esencial de cada joven) y estar dispuestos a caminar junto ellos. Necesitamos ofrecer palabras y gestos oportunos que ayuden a los jóvenes a descubrir que no están solos. Educadores y hermanos capaces de ofrecer una mirada trascendente y profunda de la realidad de los jóvenes, pues somos seres habitados por un Amor primero, que nos reconoce como hijos y hermanos. Necesitamos hermanos y educadores capaces de ofrecer experiencias que ayuden a los jóvenes a pensar y reflexionar, pero sobretodo, a buscar su felicidad.

     Gracias a Kevin y a tantos jóvenes con los que he compartido vida.
     Gracias por lo aprendido de cada uno de ellos.
     Gracias por su vidas entrelazadas.
     Gracias por su confianza regalada.
     Gracias por sus búsquedas.
     Gracias por el amor que en sus vidas se oculta,
     y está llamado a brillar.
Cada uno de ustedes me enseñan cada día a hacerme hermano de quienes no lo esperan. Gracias.

jueves, 19 de marzo de 2015

TU VIDA ME IMPORTA...

¿Alguna vez hemos dicho a alguien mirándole a la cara "tu vida me importa"? Hay frases que en algún momento de nuestra vida necesitamos oír. Cuando las escuchamos nos hacen sentirnos en tierra firme, como sostenidos, y nos hacen ir un poco más allá de las evidencias, alentando nuestra confianza.
Decir a alguien "tu vida me importa" es una manera de situarnos en el mundo. De reconocer que no estamos solos, que nos construimos en relación, y decidir que no sobra nadie, que todos nos necesitamos, aunque sea un poco, y aceptar que la humanización, la dignidad, también se puede globalizar, ¡debemos globalizarla!, no solo los capitales.
Decir a alguien "tu vida me importa" es experimentar en nuestra vida el descentramiento. Lo siento, no somos el centro del universo. Hemos de superar, de una vez por todas, esa fase narcisista en la que pensamos que todo gira alrededor de nosotros y nuestras necesidades (difícil tarea, cuando la publicidad nos quiere mantener perpetuamente en esa nube). Fuera hay algo más, ¡mucho más! Podemos descubrir al otro, con sus alegrías y miedos, con sus búsquedas y proyectos,... Y en ese encuentro, descubrir que es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa. Descubrir que cuando nuestra vida se entrelazada con otras, se potencia, se enriquece, y nos hace crecer, en ocasiones, de forma inesperada. Salir de uno mismo, de nuestra manera de ver, de sentir, de valorar las cosas, nos sienta bien. Nos amplía el campo de visión, nos aporta más flexibilidad, y nos acerca al otro, al distinto a mi.
Decir a alguien, "tu vida me importa", requiere un ejercicio de acercamiento, de proximidad, de no pasar de largo y aprender a pararme ante ti. Todos en algún momento hemos necesitado, deseado que alguien pusiera su mano en nuestro hombro, y nos dijera con su gesto, con su manera de mirar, con su tiempo,...  "Tú vida me importa". La "projimidad", hacerme prójimo de alguien, es una opción. Requiere como requisitos básicos, un poco de apertura de mente y corazón. Y una voluntad cierta de no pasar de largo ante el sufrimiento ajeno. Ese atrevimiento suficiente para dejar lo que tenemos entre manos, acercarse y ofrecer lo mejor de uno, y así, logramos estar cerca de quienes pensamos, nos pueden necesitar. 
Son muchos los que necesitan oír hoy estas palabras, "tu vida me importa". Da igual lo que hayan esperado... Lo importante es que tengamos esa sensibilidad de descubrir a quienes en medio de su soledad, necesitan esa mano amiga, ese gesto o palabra oportuna, que les saque de ese pozo profundo del olvido y del anonimato. 
"Tu vida me importa", hermosas palabras que nunca dejemos de pronunciar, a quienes más las necesitan escuchar. Palabras, que nuestro Buen Padre Dios, nos susurra cada día al oído en lo secreto de nuestro interior, haciendo salir el sol cada mañana.Gracias.

domingo, 4 de mayo de 2014

¡ACOMPAÑADOS! ...

Puede parecernos en ocasiones que no es así. Que el camino se nos hace largo y pesado mascullando derrotas, fracasos, decepciones... Pero una verdad más profunda nos susurra que no estamos solos, somos seres acompañados. 
En ocasiones nos sentimos solos, aunque estemos rodeados de gente; en otras buscamos y deseamos la soledad como ese espacio de encuentro con uno mismo: sentirse y palparse como un ser vivo... 
Pero si de algo estamos necesitados es de abrir bien los ojos, de aprender bien, no solo a ver, sino a mirar... Una llamada de atención a reconocer todo lo bueno que nos sucede, incluso en los días grises. Un toque para dotarnos de "esa mirada antiniebla", que nos permita, aunque sea un poco,  ver más allá. 
¿Qué nos ayuda a ver más allá?
Confiar. Ese acto valiente de fiarnos sin tenerlo todo "controlado". Ese acto entre ingenuo y realista que nos permite reconocer, en ocasiones, que es necesario lanzarse al vacío, y a la vez, necesitar del otro, abiertos a la novedad y la sorpresa.
Dejarse acompañar. No basta solo con saberse rodeados de personas, sino abrir la mirada, los oídos y el corazón. Es entonces, cuando pasan cosas, cuando nace conversaciones en la noche, paseos inesperados, o ese café o cerveza que uno realmente necesitaba...
Agradecer. Como un acto de acoger el día tal y como viene, sabiendo que también en los días grises pasan cosas buenas, pues, ¡gracias a Dios!, no todo depende de nosotros, los demás también cuentan.
Da igual camino de Emaus (Lc 24, 13-35), que de la uni, que del trabajo,... La vida sigue con sus éxitos y fracasos, con sus luces y sobras, quizá lo único que nos diferencie sea la capacidad de darnos cuenta de nuestros compañeros de camino, de nuestra capacidad de escucha y atención, y de saber reconocer esos gestos que están cargados de vida, y nos pueden lanzar más allá de lo que uno esperaba. ¡Feliz Pascua y buena semana!

sábado, 12 de abril de 2014

ME IMPORTAS...

Quisiera decirte que me importas, y si me dejas, estaré a tu lado, incluso cuando nadie te soporte, ¡ni tú mismo!, estaré a tu lado.
Seré aliento en tus decepciones,
apoyo en tus tropiezos,
sonrisas en tus días grises.
Y cuando creas que estás solo,...
Ahí estaré Yo.
Ofreciendo esa mano amiga,
marcando horizontes alcanzables,
estando, sin más, contigo.
Quisiera decirte que cuento contigo,
Para superar miedos y mirar al frente.
Para amar sin límite y sin fronteras.
Para que saques todo lo bueno,
que hay en ti.
Para que busques con pasión y sin descanso...
Busca respuestas, crea lazos, vive con intensidad...
Pero nunca olvides, 
que Yo estoy contigo.

Así quiere Dios, sin condiciones, ni pases vip, ... Sencillamente le importamos como somos, despertando, con su amor, deseo de más...

sábado, 1 de febrero de 2014

¡GRACIAS A TODOS, POR HACERME EDUCADOR!...

Hemos celebrado este viernes el "día del educador", no quería que pasara este fin de semana sin compartir con vosotros mi más profundo agradecimiento. Somos educadores porque vosotros, alumnos y alumnas, estáis a nuestro lado cada día. No puedo menos que daros las gracias por todo lo que se nos regala en  vosotros.
  • Gracias porque sois vosotros/as quienes nos hacéis educadores, y nos dais la oportunidad de veros crecer y dar sentido a nuestra labor de cada día.
  • Gracias por dejaros acompañar, ¡ya sé!, venís a la escuela "obligados" por la ley, los padres, la sociedad,... pero dejarse acompañar es una opción vuestra. Soy testigo cada día de vuestra confianza, paciencia, e incluso amistad, que depositáis en nosotros. No es fácil, lo sé, porque en ocasiones nos movemos entre vosotros como sabiéndolo todo. 
  • Gracias chavales porque  nos dais cada día la oportunidad de aprender de vosotros, casi sin ser muy conscientes de ello. Vuestras ganas, apatía, enfados, deseos, miedos, y proyectos se convierten para nosotros en auténticos retos donde debemos aprender a estar y dar respuesta.
  • Gracias, ¡de verdad!,  seis horas al día durante nueve meses, es mucho tiempo compartido y nos aguantáis nuestras rarezas y manías, ¡tantas veces inexplicables!
  • Gracias por tantos lazos creados, ¡que no nudos! Lazos fraguados en la complicidad y con vuestra disponibilidad. En pasillos, en el aula, en actividades especiales y convivencias,... 
  • Gracias por recordarnos, con vuestra manera de estar en la clase, que el mejor educador es aquél que quiere a sus alumnos/as.
  • Gracias por cada vez que me habéis obligado a enfrentarme a mis miedos y fracasos como educador. Me habéis hecho más fuerte, más humilde, renovando mi vocación educadora. 
  • Gracias por dejarme hacerme hermano vuestro, por aceptarme como soy, por vuestra cercanía y amistad.
  • Gracias  por vuestras curiosidad y deseo de conocer, expresada en esas preguntas, siempre inoportunas e indiscretas, por vuestra alegría y pasión por la vida.
Somos afortunados los educadores, ¡no me cabe duda!, y no por las vacaciones, sino cada uno de vosotros, donde Dios se nos regala a manos llenas. No hay mejor templo que vosotros. Solo me queda pediros también perdón por tantas veces que no estamos a la altura de nuestra vocación educadora. ¡Nos queda tanto por aprender!
¡Felicidades a todos los educadores! Ánimo y gracias.

miércoles, 2 de octubre de 2013

ACOMPAÑANDO LA FRAGILIDAD

Gracias a mi amiga Ángela, no quería irme a descansar sin compartir con vosotros una convicción. En los momentos de debilidad, cuando nuestra fragilidad se hace más patente, podemos ir de la mano. No tenemos porque caminar solos. Quizá no caemos en la cuenta con facilidad, pero el ser humano está preparado para esta noble tarea de estar junto a los que sufren.
Podemos andar en medio de la niebla de la rabia, la impotencia, el desconcierto o el más absoluto desconocimiento... ¡Basta dejarnos coger la mano!,... En los momentos más duros y difíciles, la Vida pone a nuestro lado esas personas, tan maravillosas como discretas, que saben ofrecernos sus manos y nos guían en medio de una niebla, que momentos antes pensábamos insalvable. Dios nunca deja que el agua nos llegue al cuello, nos acompaña, y se sirve de "esos ángeles", que con su delicadeza y cariño van aliviando y sanando  nuestras heridas. No hemos de temer nuestra propia fragilidad (física, psicológica o afectiva), pues forma parte de nuestra condición humana. Quizá debiéramos preocuparnos más por como la afrontamos, y no dejarnos devorar por la soledad y la desesperanza. 
Hemos de recordarnos que el Dios de Jesús, ¡que sabe lo suyo de sufrimiento y cruces!, nunca abandona, Él es de los que permanece, de los que no abandona, de los que ofrece manos en medio de la niebla, y nos susurra al oído, "No temas, Yo estoy contigo, compartiendo tu suerte".
Nuestro Dios adora la debilidad, y lejos de juzgarla, la abraza con ese amor de Padre, que no pide explicaciones, solo ama.
Así pues, si por un casual quieres acompañar la fragilidad propia o ajena, solo ama y déjate amar... ¡Y aprendamos a caminar en la niebla!, ella nos enseña lo importante de confiar. Es así como logramos salir de esa niebla espesa y llegar a ver un horizonte más esperanzador. Un recuerdo fraterno a todas aquellas personas que les toca caminar en la niebla, ¡nunca estamos solos, ¡animo y gracias!

lunes, 19 de agosto de 2013

¡SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO!

En estos días de descanso, hoy playa y mañana montaña, parece que el mundo se para y que no pasan cosas... Pero no es cierto, el mundo sigue en marcha... Quisiera recordarme que los lazos tendidos siguen tejidos y que la historias cotidianas no las dejamos atrás...
Siempre estamos a tiempo de hacer de nuestro tiempo de descanso un espacio de calidad, que nos haga capaces de cargar las pilas, alimentar el espíritu de contemplación y cuidar los lazos con los tuyos...
Y cuando nos pongamos en marcha, no olvidar que no hay situaciones sin salida, siempre estamos a tiempo de ofrecer alguna, aunque sea de emergencia...
Así pues, en este tiempo de descanso, que ya va terminando (por lo menos para mí), aprovechemos a alimentar todo aquello que potencia lo mejor de cada uno. Y recordarnos que nunca estamos solos, sabernos acompañados cada día por quienes tenemos la certeza que nos ama.

sábado, 27 de julio de 2013

NO EXISTEN CASUALIDADES, SINO OPORTUNIDADES...

Las circunstancias  y las necesidades me han llevado estos días a poder acompañar (como intendente) a un grupo de jóvenes que de bachillerato de Centros Menesianos  por el Camino de Santiago... La oportunidad de acompañar desde un servicio distinto. Contemplar como van experimentando y sintiendo el camino, cansancios, diálogos, conflictos, bromas,... Y aprendiendo una forma nueva de alentarles y apoyarles.
Aprender a ser testigos en el camino de las vidas que se nos regalan en esos encuentros inesperados con los jóvenes... Y descubrir en ellos, esas relaciones y lazos que son capaces de aportar la novedad, que en otros momentos no somos capaces de descubrir. El apoyo en momentos difíciles, la superación más allá de las heridas, el coraje de mantenerse en marcha, la resistencia siendo protagonista de nuestros propios límites, la amistad de acompañar a quien sabemos que solo no puede, o el desconcierto de dejar atrás en una huida hacia delante... Son parte de esas experiencias que nos ayudan a reconocernos y descubrir en el encuentro con las personas, esa oportunidad de aprendizaje de crecimiento y de descubrirnos acompañados, queridos.
Por mi parte, agradecido por la acogida de este estupendo grupo de jóvenes, y la oportunidad de aprender de ellos.
El camino sigue, y aunque hoy hemos finalizado y celebrado en familia con todas la experiencias menesianas de verano 2013, lo importante viene ahora... Hacer nuestro todo lo vivido, afianzar las intuiciones descubiertas,  y seguir dejándonos acompañar en el camino de la vida, venciendo rutinas, superando obstáculos y aprendiendo a levantarnos en las caídas.
El grave accidente de tren de Santiago, sirvió para despertar en ellos ese deseo de poder donar sangre como ese gesto de solidaridad y cariño hacia las víctimas y sus familias ... No pudo ser, el Centro de Donaciones estaba desbordado, pero la cercanía y preocupación fue alentadora.
Sencillamente ¡gracias por estos días!, sigamos en marcha...

jueves, 20 de junio de 2013

SABERNOS ACOMPAÑADOS...

Foto de Xabi Segurola
Por un amor de Padre, que nos permite descubrirnos como hijos y tener la certeza de que nunca estaremos solos.
Esa gran intuición, que no siempre se agarra con las dos manos, pero sin embargo, sabemos nos acompaña. ¡Son tantas personas y tantos gestos, los que nos susurran al corazón que no estamos solos!... 
Incluso los días más sombríos y pesados, uno puede mirar atrás y saberse acompañado... Quizá nuestro problema sea que no nos paramos, y a penas dedicamos tiempo a contemplar las huellas que dejamos, y otros nos dejan...
Necesitamos espacios para dejarnos ver como somos realmente... ¡y es que somos amados!
Dejarnos agarrar la mano por quien sabemos que nos dignifica, que nos hace hijos, y nos da hermanos... Por quien sabe estar a nuestro lado alentando en la dificultades y animando en nuestros proyectos. 
¿Cómo no aprender del mejor? ¿Cómo no hacernos hermanos de quienes más nos necesitan? No hay mayor oración que hacer de nuestras vidas un proyecto de fraternidad. ¡Animo y gracias!

viernes, 7 de junio de 2013

A TU LADO...


Es el resultado de una opción inequívoca por acompañar a quienes nos necesitan, y están cerca de nosotros. Una invitación a lazar una mirada más profunda a nuestro entorno  y recobrar esa sensibilidad por los más débiles y olvidados. Esos son los favoritos de un Dios, que en Jesús da a conocer sus preferencias. 
Podemos sentirnos perdidos, desorientados, desbordados,o quizá enredados en mil marañas... ¡No importa!, Yo salgo a buscarte, cuenta conmigo, quiero caminar a tu lado, ... ¡No te rindas!
Las entrañas de misericordia se traducen  una triple apuesta a la que todos estamos llamados a participar:

1. Por levantar puentes. Cuando reducimos distancias entre las personas con las que compartimos tantas historias cotidianas. Cuando afrontamos los conflictos con la transparencia de quien se sabe querido. Cuando apostamos por cultivar esas relaciones que hacen posible al otro descubrirse aceptado de forma incondicional. Una apuesta que tiene un sentido esencialmente cooperativo, donde somos conscientes que esta aventura siempre necesitamos del otro.
2. Por mirar el mundo que nos rodea con pasión. Cuando nos sentimos parte de esta aldea global. Cuando no renunciamos a aportar lo mejor de cada uno por mejorar nuestro entorno. Cuando somos conscientes de las heridas profundas, que amenazan nuestro mundo. Cuando dejamos que nuestros pies y manos acompañen a nuestro corazón. Cuando nos atrevemos a soñar otro futuro posible, especialmente para los desheredados y ninguneados.
3. Por la acogida incondicional, que hace nos recuerda que no hay lugar donde Dios no esté presente. Cuando aprendemos a empezar de cero con quienes caminan con nosotros. Cuando, conscientes de nuestra propia fragilidad, aceptamos la debilidad ajena, dejando que aprenda de sus errores. Cuando elogiamos más que criticamos. Cuando renunciamos a afincarnos en la queja permanente y aprendemos a ver la botella medio llena. Cuando por fin asumimos que podemos confiar en el otro, sin pedir garantías y sin preocuparme si va fallar...

Quiero estar a tu lado, sobretodo cuando el desconcierto y las heridas no te dejan caminar, así es Dios. ¡Estamos de suerte!
A nosotros nos queda aprender, y estar dispuestos a adentrarnos en las arenas movedizas  de los alejados, los perdidos, los desorientados, ... Sabiendo que son ellos precisamente los favoritos de Dios.
Salgamos al camino, acompañemos a quienes se sienten solos, alentemos a los desanimados, ofrezcamos espacios de encuentro en los que nos podamos descubrir valorados, queridos y aceptados tal como somos. Gracias.


miércoles, 3 de abril de 2013

COMPAÑEROS DE CAMINO

Uno se encuentra cada vez más caminando por la vida, a gente más sola, ensimismadas en sus cosas, absorbidas por su problemas, necesitadas de ser escuchadas y poder decir su palabra a alguien,... Hoy como ayer, se necesitan compañeros de camino, capaces de hacerse los encontradizos, de generar espacios de diálogo, sin juzgar ni etiquetar, simplemente, personas capaces de caminar junto a otras, sin creerse más, solo compañeros.
No es fácil, ninguna de las dos cosas, ni ser compañero, ni dejarse acompañar. No es algo automático. Requiere cierta habilidad por un lado, y apertura por el otro. 
Reconocer en ocasiones que vamos por la vida dando tumbos, oscureciendo la mirada y recortándonos el campo de visión, no es una experiencia agradable, y no es fácil hacerla consciente, aunque sea necesario. A veces, preferimos tirar para delante aun sabiendas que no tenemos claro a donde vamos, o de donde huimos. Son precisamente en esos momentos donde se agradece un compañero de camino. Ése a quien poder contar, contrastar o dejarme acompañar, compartiendo esa vida, que en ocasiones se nos escapa como el agua entre los dedos...
Ahora bien, tampoco lo tienen fácil los compañeros de camino. Requiere habilidad, tacto, una sensibilidad que nos permita acercarnos, sin invadir, escuchar y saber preguntar. Los buenos compañeros de camino son quienes saben cuando callar y cuando decir la palabra oportuna, si abrasar... Estos compañeros de camino son atrevidos, pues se acercan sin más, sin saber como serán acogidos, sencillamente compartiendo ese espacio y tiempo que nos conecta a todos, y que tenemos en común. 
¿Qué pueden ofrecernos estos compañeros? Su presencia cercana, su escucha atenta, su palabra oportuna o su silencio respetuoso. Pero lo más importante, desde mi manera de ver, pueden ofrecernos una mirada profunda a la vida, a la tuya, al mundo... permitiéndote ver con más hondura lo tienes entre manos, ayudarte a poner nombre a deseos y proyectos, ¡y como no!, a resituarte de nuevo, a afrontar cambios, desandar caminos y apostar por aquello que realmente merezca la pena y nos pueda dar sentido y plenitud. 
Me encanta ese relato de Emaús (Lc 24, 13-35), nos recuerda que no tenemos porque andar solos por la vida, y que nuestro Dios se hace el encontradizo, se nos pone a tiro, hemos de estar atentos, y dejarnos sorprender, ¿quién sabe? quizá mañana. Me gustaría acabar animándonos mutuamente a dejarnos acompañar, a levantar la mirada y atrevernos a ir más allá de lo que en ocasiones nos planteamos. Gracias y  ¡Feliz Pascua!