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viernes, 11 de octubre de 2013

DESPERTAR LA PASIÓN...

La pasión de desear vivir con intensidad, de confiar, de hacer realidad proyectos, y cultivar relaciones que nos hagan mejores personas, más humanos... Esto si puede despertar en nosotros el deseo.
Nuestro principal enemigo es la rutina, como una expresión más de desconfianza en la vida, que nos puede llevar a pensar que no hay nada nuevo bajo el sol. Así nos roba la ilusión de vivir el presente, y de comprometernos por nuestro futuro.
¿Cómo cultivar esta pasión? Ayudándonos a pisar suelo, tomar tierra, echar raíces y sabernos acompañados.
Pisar suelo como ese ejercicio de honestidad con uno mismo, de la propia fragilidad, que lejos de debilitarnos, nos recuerda que estamos vivos, ¡muy vivos!, y necesitamos del otro, de mundo, y de todo lo que nos rodea. Es reconocer que estamos entrelazados con la Vida, que ella nos necesita y nosotros a ella.
Tomar tierra implica un matiz, el deseo de conectarnos con la realidad, de no colgarnos en "nuestros mundos",  viendo pasar la vida. Es ese deseo de entrar en materia, de participar en la vida, de aportar algo propio.
Echar raíces  enraizarnos, conectarnos con aquello que nos ilusiona, que alimente nuestros proyectos, que nos levanta la mirada, ofreciéndonos horizontes que merezcan la pena. Ahí es donde queremos echar raíces. Es reconocer que nuestra vida necesita alimentarse de proyectos alentadores capaces de cogernos el corazón y llevarnos de la mano por la vida, entregando la vida, tejiendo relaciones que merecen la pena, compartiendo horizontes...
No estamos solos, somos muchos más los que deseamos, buscamos, y nos comprometemos por una vida mejor. Gracias.

jueves, 22 de noviembre de 2012

UNA PASIÓN...

... La de entrelazar tu vida con quienes tienes a tu lado, compartir con cada uno ilusiones y proyectos, heridas y fragilidades, y acompañarles en el camino sin rarezas ni estridencias, al paso de cada uno, sin imponer ritmos. Tres maneras de amar que pueden dar sentido a una existencia. 
Así entiendo yo, querido Álvaro, mi ser hermano menesiano. Entrelazar, compartir y acompañar. Para mí son tres maneras muy importantes de expresar mi capacidad de amar a quienes Dios pone a mi lado. Siento como la intuición de Juan María de la Mennais, sigue muy viva y nos impulsa a hacernos hermanos de los niños y jóvenes. Lograr, a pesar de nuestra fragilidad, que experimenten ese amor incondicional y gratuito de un Dios que solo desea la felicidad plena para cada uno.
Esto no es posible sin pasión, sin ese deseo profundo de poner toda la carne en el asador, y cuando digo toda, me refiero a toda, ¡Álvaro! Todo tu tiempo (disponibilidad), toda tu capacidad de amar, especialmente a quienes nadie aman (celibato),  y todos los medios a tu alcance, haciendo de los bienes materiales un medio compartido, y no un fin (pobreza).
No me imagino de otra forma que no sea educando de mil formas y colores distintas, y que quienes entren en contacto conmigo, se descubran  tratados de tal manera, que se descubran amados incondicionalmente y puedan despertar a una nueva conciencia de sí mismos, y como reza el lema de esta Semana Menesiana, escuche esas palabra de un Dios que les susurra al oído a cada uno: "Creo en Tí"
Me siento afortunado, se lo digo muy a menudo a mis alumnos, soy un tipo con suerte. No puedo menos en esta Semana Menesiana 2012 dar gracias de nuevo por mi vocación de hermano menesiano, y pedirle a Dios que siga regalándome este don, ser hermano, hacerme hermano, y tener hermanos con los que compartir esta pasión, al estilo de Juan María de la Mennais.

domingo, 29 de julio de 2012

CON LA PASIÓN...

De quienes saben estar donde se les necesita...
De quienes se saben queridos por Aquél, que siempre ama primero...
De quienes saben que servir a los pequeños, es servir dos veces...
De quienes ofrecen lo mejor de sí mismos/as para que el proyecto siga adelante...
De quienes les da igual limpiar servicios, despiojar o acompañar en subidas y bajadas...
De quienes renuncian a sus vacaciones, por lo que saben un bien mayor...
Con esa pasión, y gracias a esa pasión, logramos hacer crecer ese reino en torno de la Familia Menesiana. Gracias a cada uno, sois un regalazo. Entre todos/as, hacemos posible ese milagro de llegar donde otros no llegan, "como Juan María..."
A punto de comenzar el retiro, que compartiré, daré gracias por cada uno de vosotros. Ahora toca el descanso merecido. Un abrazo.