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domingo, 27 de mayo de 2018

¡CONMIGO HASTA EL FIN!

Así es Dios, nunca nos deja solos. En ocasiones podemos sentirnos solos, y pensar  que no hay salida. Pero el buen Dios, hoy en la fiesta de la Trinidad, nos recuerda su promesa. "Yo estaré con cada uno de ustedes hasta el fin"
Su presencia segura en cada uno de nosotros nos recuerda su amor sin condiciones, y nos ayuda a renovar la confianza en nosotros mismos. 
En Jesús descubrimos un Dios que es  todo relación. Un Dios que podemos llamar Padre, un Hijo, Jesús, que nos hace a todos hermanos; y un Espíritu que es aliento y ánimo a amar al estilo, a la manera de Jesús.
¡Conmigo hasta el fin!, nos recuerda que su amor no se rinde, ni se cansa, que no nos juzga, ni nos abandona. 
En los encuentros que tengo con los jóvenes, que son un auténtico regalo para mí, y de los que no dejo de aprender y dar gracias a Dios; soy consciente que  Su Amor sencillamente:
  • Está, regalándose en  personas, compañeros de camino, que nos recuerdan; que si algo somos, somos amados como somos, habitados por este buen Dios que nos ayuda a perdonarnos a nosotros mismos, a crecer en confianza, y ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
  • Permanece, en lo bueno y en lo malo, en las alegrías y en las tristezas. Alentándonos y ayudándonos a aceptar el peso de cada día, y a confiar en nuestra propia fragilidad, y en la de aquellos que nos rodean. En el silencio de la habitación, en la soledad acompañada, tu amor nos consuela y nos recuerda que somos profundamente queridos por Ti.
  • Nos permite descansar, dejar en tus manos nuestros miedos, nuestras tristezas, nuestros agobios, nuestras heridas,... dejando con confianza en  tu Amor  el peso de la vida, que en tantas ocasiones no podemos con él. Descubriendo en el compartir, en el encuentro con el hermano, en la oración confiada, ese espacio de tranquilidad que tanto necesitamos.

En este Dios Trinitario, hoy renovamos nuestro compromiso por unas relaciones autenticamente humanas, donde aprendamos a estar cerca de quienes sufren, permanecer ofreciendo lo mejor de cada uno, y posibilitar el descansar  con una escucha atenta, delicada y cargada de ternura, al estilo de Jesús: "Él con cada uno, ¡hasta el fin!" 
Gracias y feliz semana a todos.

jueves, 1 de febrero de 2018

"WE´LL NEVER WALK ALONE"

¡Nunca caminaremos solos! 
Aunque en ocasiones lo pueda parecer y los cansancios no nos dejen ver claro. 
Aunque el desánimo nos llame a la puerta, dificultando esfuerzos y olvidando que de los errores se aprende.
Aunque la desconfianza acampe descaradamente en nuestro interior, empequeñeciendo nuestra capacidad de amar y dejarnos amar...
¡Nunca caminaremos solos!
El buen Dios nos pone compañeros de camino, inesperados y atrevidos, 
          que nos susurran al oído,
          que nos calientan el corazón,
          que nos despiertan los sueños,
          que nos tienden la mano...
Y se atreven a compartir con nosotros,
preguntas y dudas,
miedos y tristezas,
búsquedas y proyectos a lo largo del camino.
¡Abramos bien los ojos!, pues casi sin darnos cuenta, hay quien camina con nosotros despertando la confianza y la aceptación, impulsando nuestra vida y aliviando nuestras heridas. ¿No lo notáis? Mira a tu izquierda, mira a tu derecha, quizá seas tú mismo quien hoy eres aliento y compañero de camino para otro. ¿Porqué no? Ánimo, y recuerda, "Nunca caminaremos solos"

miércoles, 29 de agosto de 2012

ARCHIPIÉLAGO HUMANO...

Cuántas palabras dejamos sin decir, cuántos gestos guardados sin expresar, cuántos sentimientos sin compartir... Podemos estar rodeados de gente y sentirnos solos, absolutamente solos, como abandonados por la vida, pensando que no importamos a nadie... 
¿Acaso estamos condenados a la soledad? En una sociedad tan altamente conectada (salvo fallos de cobertura), donde la información corre al galope, donde podemos compartir fotos al instante, mensajes no más de 140 caracteres (en twiter), ... me pregunto ¿No habita en nuestro interior un deseo más profundo de una comunicación más plena?
Tenemos algo de islas, queremos reafirmarnos en nuestra autosuficiencia, en ser los propios gestores de nuestra existencia, y a la vez, experimentamos ese vacío incómodo, que nos recuerda que necesitamos del otro, y porqué no, del Otro con mayúsculas.
Es el momento de los encuentros, de fomentar el diálogo, como esa forma de crear puentes entre unos y otros. Es la ocasión de fomentar la escucha atenta, y a la vez, el compartir de todos esos deseos, proyectos, inquietudes, miedos, certezas,... que llevamos dentro y no hemos sabido o podido transmitir. Es necesario a aprender a reducir distancias y crear lazos que hagan posible esos encuentros más plenos. Entrenar ese diálogo que nos permita el conocimiento del otro, y reconocernos en el otro.
Nos queda mucho por descubrir de uno mismo, de quienes tenemos cerca y consideramos conocidos, y de quienes, sin conocerlos, hemos decido no aprender.
No estamos condenados a la soledad, establecer nuestras relaciones tiene mucho de opción, de decisión, de apuesta. Somos seres perfectamente capaces de establecer puentes, romper muros, y arriesgar sin la necesidad de tenerlo todos claro.
Hoy una invitación a no tirar la toalla, y a saborearnos como seres en relación, reconociendo esos rostros, gestos y palabras que nos son regaladas, y que sin duda, también regalamos. Un saludo y gracias