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domingo, 3 de diciembre de 2017

¿ATENTOS...? ¿A QUÉ?

Los días pasan y se suceden, casi sin más.  En tantas ocasiones no sabemos que hacer con todo lo que nos pasa. Al final acabamos con la opción "de almacenamieto", y acabamos por guardarlo todo dentro... ¡Cómo si no tuviéramos fondo!... Pero lo tenemos. 
Tiempo de Adviento, una oportunidad para todos, da igual creyentes o no creyentes. 
Una oportunidad para parar, y educar nuestra atención. ¿Cómo?
Concédete tiempo para tí mismo, para escuchar la música que te conecta, para dar ese paseo pendiente, para escribir sobre aquello que uno no sabe, o tiempo, ¡por qué no!, para rezar  y sorprenderte a ti mismo.
Buscar espacios para conectar con tu interior, en la naturaleza, en el paseo por la ciudad, en tu ritmo de trabajo, en la intimidad de tu habitación, ... y agradece tantas cosas recibidas y que no hemos hecho nada por merecerlas. 
Una oportunidad para sentirme vivo por dentro, y despertar inquietudes, deseos, proyectos ilusionantes, y ganas de salir adelante.
Cuida tus relaciones, con los amigos, con los compañeros de estudio o de trabajo, con tus familiares, con tus hermanos/as de comunidad, con tu pareja,... ¡Hay tanta gente que nos quiere de formas tan distintas! Cultivar esa actitud fundamental de salir de mi mismo, de descentramiento y sentirme vivo con otros. En todas ellas se nos regala el buen Dios que viene, cada día, a todas horas... Y nos dice, quiero comer en tu casa...
La vida pasa rápido, pero también podemos educar nuestra atención. ¡Feliz semana! Gracias.

domingo, 28 de mayo de 2017

ABIERTOS AL MUNDO

Abiertos al mundo, con nuestros cansancios, nuestras dudas, nuestras quejas... En marcha, nunca solos, con compañeros de camino. 
Confiados en tus palabras, en tus gestos, en tus promesas, que alientan y nos animan.
Una invitación a ir mas allá, de no quedarnos refugiados en nuestros miedos, en nuestros conformismos en nuestros prejuicios... Ir mas allá, y subir al monte de la vida que se nos regala y nos grita... ¡Vayan al mundo, amen y ensanchen su alma...! pues son muchos quienes nos necesitan ,  y nos hagamos hermanos, cada día.
Abiertos al mundo para abrazar, para acoger, para servir, a tu manera Jesús. Con la alegría cierta de tu presencia, con el compromiso humilde de nuestra débil entrega, siempre a tu manera: por los más olvidados y ninguneados, por los que más sufren. ¿Acaso hay otra forma de hacer un mundo mejor? Gracias y feliz semana. 

jueves, 8 de enero de 2015

PURA FRAGILIDAD

Pura fragilidad es nuestra condición humana, torpe, miedosa, manipulable, vulnerable,... Pero a la vez, hay algo más, mucho más grande de lo esperado, no perceptible en un primer vistazo. Pero con una cierta atención y observación, uno queda maravillado. Junto a esa fragilidad inevitable, anida en nuestro interior la capacidad de darse, empatizar, de ser compasivos, de alteridad y abrirse a lo diferente y distinto. Reside en nosotros esas múltiples maneras de amar y tejer lazos. ¿Sabes qué? Que es esto mismo lo que ennoblece  nuestra condición humana, y nos hace trascender tanta fragilidad y contradicción.
Es precisamente desde esta compasión y alteridad, desde esta actitud de búsqueda y apertura al otro y al mundo, la única manera auténtica de invocar y hablar de Dios. Pues Dios solo quiere que el hombre viva, y viva con plenitud, libre y desarrollando todo su potencial en bien así mismo y sus semejantes.
Cualquier otra manera de hablar de Dios, es sin duda, perversión y maldad del hombre, en búsqueda ciega  de sí mismo, de poder y dominio. Sus frutos son evidentes: violencia, amenaza, muerte, destrucción, en definitiva la cultura de miedo. Pues es la única forma de someter voluntades. Dios, nunca estará ahí.
Hagamos memoria de las víctimas de la violencia irracional, pero sobretodo, de quienes día a día, en pura fragilidad, dan lo mejor de sí mismos, ofreciendo a manos llenas esa humanidad que desvela de mil manera a ese Dios que solo reside en los gestos de amor.
Recordemos nuestro reto, hacer un mundo mejor para todos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

¡ ÁBRETE!

Nunca en nuestra historia nos hemos encontrado con tantos medios de comunicación y de información a la vez (Radio, TV, internet, redes sociales como twiter, facebook, o whatsApp,...), y al mismo tiempo, hemos sido tan hábiles en crear muros, crear barreras, poner fronteras. En el colmo de la contradicción, en nuestro país hacemos de un idioma, que es un medio excelente de comunicación sea cual fuere, un elemento diferenciador y distanciador, que lejos de ser fuente de encuentro, lo pervertimos y se convierte en arma ideológica arrojadiza que separa. Aquello que está pensado para comunicarse, se convierte en motivo de aislamiento.
Nos sentimos solos en tantas ocasiones y de forma tan inesperada... Podemos estar conviviendo cuatro personas y una en cada esquina. La convivencia no garantiza la comunicación. Eso lo sabemos, y en la experiencia cotidiana tenemos mil fotografías de momentos que así nos lo recuerdan.
¡ Ábrete!, la comunicación es una opción, que viene marcado por el encuentro con el otro, más allá de nuestras diferencias y sensibilidades. Es una opción en la que estamos dispuestos a ofrecer gratuitamente algo de nosotros mismos. ¿Qué ofrezco de mí a los que tengo a mi lado?
¡Ábrete!, primero a ti mismo en ese ejercicio imperioso de conocerte, de descubrir toda tu hondura, tus limitaciones y tus grandezas, ... Ser consciente de tus heridas y todas tus semillas de bondad que llevas dentro... Y en ese viaje interior, descúbrete profundamente amado por un Dios, que nunca abandona a su criatura, a pesar de que en muchas ocasiones no lo percibas. Él, como al sordo-mudo de hoy (Mc. 7,31-37), lo acoge tal y como es, con sus luces y sombras. Saberse amado así, abre todo un mundo de posibilidades.
¡Ábrete!, y en el viaje de vuelta, acércate al mundo, a las personas, especialmente a las que más lo necesitan, y haz de tu vida, un acto de comunicación de amor, con tu mirada, con tus gestos, con tu tiempo,...
¡Ábrete!, y con la humildad de quien se reconoce imperfecto e incompleto, aprende a romper muros de la incomunicación y saltar las barreras de los prejuicios y la ideología en cualquiera de sus múltiples expresiones... (también la religión). Entonces, es cuando estamos preparados a recibir, a acoger ese regalo inmenso del otro.
Si abrimos boquetes en nuestros muros, si superamos las barreras que nos autoimponemos y dejamos de poner fronteras por ese miedo fruto de nuestra inseguridad y complejos inciertos, ... ¿No haremos realidad el milagro? Sí, ese milagro del encuentro, del diálogo abierto y enriquecedor, del reconocimiento del otro y sus necesidades, de esos pequeños gestos de amor que nos hacen más humanos, más hermanos. ¿A caso Dios quiere algo diferente? No lo creo. Gracias y buen comienzo de semana.