A TIEMPO COMPLETO

Un estilo humanizador de relaciones, no puede colgar el cartel de cerrado por descanso. Las personas que buscan un estilo así, perciben la realidad con otra sensibilidad, quizá más profunda,  ayudándolas a descubrir la pequeñas heridas de lo cotidiano, como la soledad, el fracaso, los bloqueos, la rutina, el miedo, ... que los demás tendemos a esconder; y también son conscientes y responsables ante las grandes heridas que desangran a nuestra humanidad, la violencia, la injusticia del reparto de bienes, la sobre-explotación del planeta, el hambre, la trata humana,... Pequeños y grandes conflictos que no entienden de horarios ni descansos.

Estas personas "a tiempo completo", son las que nos recuerdan, que buscar un cambio implica hacer algo distinto en esa dirección por pequeño que sea. Confían en la fuerza de los pequeños gestos, que como "efecto mariposa", puede dar lugar a nuevas realidades más dignas y justas. 

No son ingenuas, no nos engañemos, ellas son las que no echan el cierre y están a las duras y maduras. Pisan tierra, cada mañana se baten el cobre con quienes casi nadie quieren estar. Acompañan todos los días las pequeñas y grandes heridas ajenas, y son testigos del poder humanizador que tiene la escucha atenta, la palabra oportuna, la mirada afectuosa, que les haga comprender que no estamos solos, que somos seres acompañados, y que Dios toca nuestras vidas, a través de ellas, personas "a tiempo completo", que se convierten en ángeles para otros con mil gestos cotidianos, capaces de aliviar, sino curar, las heridas, pequeñas y grandes.

Para este camino, es necesario recordarnos que quienes deseamos un mundo mejor para todos, debemos ser "personas a tiempo completo".