Cuando nos mostramos abiertos, cuando estamos dispuestos a experimentar nuevos lenguajes, como el tacto, como expresión comunicadora, el sonido, la escucha de nuestro propio cuerpo, de sus cansancios y heridas, nos puede ayudar a descubrir toda esa bondad que anida en los seres humanos.En estos días compartidos en San Asensio, días de intenso trabajo, de profundizar en nuestra dimensión de fe desde lo humano... uno no puede menos que agradecer a esta Familia Lasaliana, que ha sabido acogerme y sentirme como uno más entre ellos. ¡Gracias!
Estos días han servido para confirmar esa certeza que me acompaña, somos seres habitados por un Amor desbordante, un Dios que se nos regala en cada inspiración de aire. Todo nuestro trabajo es descubrir ese manantial, dejarnos empapar y ser cauces de tanta vida que se nos regala.
Gracias por todo lo regalado en cada uno de vosotros/as. La oportunidad de sentir la vida con mayor profundidad y por todo lo compartido con sencillez y sinceridad. Me siento afortunado por esta oportunidad. Solo nos queda la responsabilidad y el compromiso de trasmitir y compartir el don recibido. ¡Feliz Pascua!, ¡Alegría!
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