Quizá sea una de las actitudes básicas que más nos puede ayudara estar despiertos, vigilantes, ¡vivos! Creo que podríamos encontrar diferentes formas de ir viviendo esa actitud de apertura.
En primer lugar, la apertura a uno mismo. Somos un misterio para nosotros mismos, estamos acostumbrados a pasar de puntillas por nuestro mundo interior (sentimientos, opciones, bloqueos, motivaciones,...). Es cada vez más urgente acercarse a ese nuestro mundo profundo interior con valentía y respeto, descubriendo nuestras grandezas y miserias. Aprender a escucharse, atreverse a preguntarse y poder descubrirse que estamos vivos. ¿Cómo lograrlo? a través de la lectura, la reflexión, la oración, la relajación, la contemplación, el acompañamiento, ... son posibles medios sencillos que nos pueden abrir nuestro interior.
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En tercer lugar, la apertura al Otro. Máxima expresión de apertura. Ser conscientes que más allá de nuestras imperfecciones y límites, puedo dejarme habitar por Aquel que nos "quiere esféricamente", ¡por todas partes!, y mejor despierta en mi el deseo de vivir cada día con pasión, en plenitud. La experiencia del perdón, del amor gratuito, dar sin esperar nada a cambio, la donación, confiar aunque te fallen, sufrir en favor de otros, dar la propia vida,... son todas ellas, experiencias que dejan traslucir a este Dios que nos habita.
Llamados a vivir en apertura, todo un reto que nos acompañará toda la vida y nos puede hacer gustarla con más intensidad. Ánimo y gracias
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