domingo, 30 de septiembre de 2018

¡DE LOS NUESTROS!

¡Qué expresión tan nuestra!, demasiada cotidiana, muy presente en nuestro inconsciente actuar. Me hace pensar la cantidad de ocasiones que en mi formar de hablar, actuar, y de mirar a las personas, estoy marcando distancia, barreras, etiquetando por miedo a las diferencias. Y así acabo diciendo: " no es es de los nuestros".
Etiquetamos la realidad, las personas sin caer en la cuenta que es una forma supercial y engañosa de relacionarnos; por puro miedo, con el fin de protejernos. Y la gran contradicción es cuanto sufrimiento generamos cuando miramos y actuamos como los discípulos, y somos capaces de decir como ellos: "no es de los nuestros". Así provocamos esa exclusión, que uno no quiere para sí mismo.
Nos incapacitamos para ver la bondad que hay en lo distinto y diferente a nosotros. Limitamos nuestra capacidad de aceptación, que es la gran puerta al aprendizaje.
En ocasiones, nosotros los hermanos, que estamos llamados cada día a construir fraternidad, a ser testigos de ese amor universal de Jesús, somos motivo de escándalo para quienes nos rodean. Nuestros silencios, juicios, enfrentamientos, nuestra falta de gestos, miradas, son obstáculos y hacen tropezar a quienes caminan a nuestro lado.
Hoy Jesús nos dice: "No se lo impidáis". Lo nuestro, como seguidores de Jesús, es todo lo humano, todo lo real. Frente a la gravedad de este escándalo, tres propuestas radicales, que van a la raiz de las aspiraciones humanas.
  1. ¡Córtate la mano! Modifica tus acciones y apuesta por esos gestos de servivio y amor que Jesús propone a sus discipulos: tocar, acercarse, sonreir, ofrecer la mano, lavar los pies, ... gestos capaces de generar fraternidad, más allá de nuestras propias limitaciones.
  2. ¡Córtate los pies! Cambia tu rumbo, al estilo de Jesús, cultivando actitudes humanizadoras, como la acogida, el perdón, la aceptación y la confianza, en tí mismo, en los demás.
  3. ¡Sácate los ojos! Transfomar tu mirada a tí mismo y a quienes te rodean, y aprende a ver la realidad como  la ve Dios. Donde todos ven un defecto a castigar y criticar, Dios ve una miseria a socorrer com-pasión.
El evangelio de hoy ( Mc 9,38-48) nos propone todo un camino  para humanizar nuestras relaciones, y que sean generadoras de fraternidad. ¡Feliz semana a todos/as!, gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario