Hay en la vida quienes solo se fijan en los aspectos negativos, en lo que no funciona, no ha ido bien, se han equivocado ellos, o sus vecinos. No digo caer en la cuenta de los fallos esté mal, sino que afincarse en esa forma de hacer lectura de lo que nos pasa cada día, nos va robando la oportunidad de ir descubriendo las pequeñas bendiciones cotidianas que recibimos.
Somos seres favorecidos, me gusta la expresión. Si somos capaces de mirar más allá de lo que nos aprieta, podremos ir descubriendo personas, experiencias que nos hacen descubrirnos personas más amadas de lo que uno pensaba.
Favorecidos, porque sacan lo mejor de uno, porque nos hacen superar todo tipo de dificultades (frío, idioma, distancia... ¿verdad Alain?), porque nos permite descubrir cada día como un regalo. Se trata de ir descubriendo esos ángeles que tocan nuestra vida llenándola de sentido, pasión por vivir, y ganas de entregarse por quienes tenemos cerca.
Entender así nuestra acción educadora, le da un color, un color menesiano, donde cada educador, cada animador, cada uno de nosotros, vamos aprendiendo a "hacernos ángeles" y a ser bendición (decir bien) de nuestros alumnos, chicos,... haciendo de nuestra labor educativa pequeños milagros.
Somos favorecidos, amigos, solo nos queda compartirlo. Gracias
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