Cuando nos toca vivir una situación difícil, como la actual, ¿en qué/quién nos apoyamos? ¿qué nos puede aportar un horizonte con sentido?¿Quién nos puede ofrecer la sensibilidad necesaria para sacar lo bueno que cada uno tiene en su interior?
Para quienes optan por situarse en el rechazo, la violencia o la indiferencia, difícilmente sabrán reconocer en Jesús esa respuesta que necesitan.
Para quienes anhelamos más, podemos encontrar en Él, la clave. Sus palabras, su proyecto están "peligrosamente" cargadas de vida, especialmente para quienes se siente más amenazados.
Su arma secreta, la vida, su propia vida, capaz de dar la cara y de arriesgarla por quien más lo necesita. Consciente que la última palabra no la tiene el resentimiento, sino el amor.
Ahora más que nunca, hemos de confiar en esos pequeños gestos cotidianos capaces de hacer visible, que el amor se hace hueco, que la vida gana terreno, que la luz resurge en medio de la noche. Hacer valer esas decisiones personales de cada día, que den calidez y profundidad a nuestras relaciones, aprendiendo sobre la marcha a ser alternativa frente a tanta atonía y simpleza.
¡Amenazados de vida!, sí de esa vida, la de Jesús:
Cada vez que nos acercamos con curiosidad a su Palabra.
Cada vez que nos dejamos amar por quien tenemos cerca.
Cada vez que aprendemos de nuestros errores.
Cada vez que confiamos en su amor y nos perdonamos a nosotros mismos,
Cada vez que descubrimos la "economía del reino": quien más da, más tiene.
Cada vez que alentamos a otros a la esperanza, a la superación...
¡Amenazados de vida!, por Aquél que sabemos que nos ama. Jugamos con ventaja, Él nunca abandona, ánimo. Gracias
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