sábado, 5 de marzo de 2011

¿HAY FINAL DEL TÚNEL?

Habrá quienes con un arranque apocalíptico no vean más que el desmoronamiento de la civilización, yo soy más modesto, y creo que en medio de la oscuridad, siempre podemos ofrecer algo de luz, que nos ayude a caminar hacia delante, sin dar tumbos.
Haciendo memoria del joven tunezino, sin necesidad de inmolarnos, ¡claro!, creo que es necesario implicarnos cada uno para favorecer el cambio. No se trata de esperar la ola buena, sino de ser proactivos: aportar y preguntarnos qué y cómo lo voy hacer. Recuperar la fuerza del individuo, su testimonio, su compromiso como respuesta a esa mirada al mundo, que quiere romper con el mayor aliado de la crisis, la indiferencia y el egoísmo que nos encierra cada vez más en nosotros mismos.
Es tiempo de las decisiones personales y de continuar la marcha en la noche. ¿Qué nos puede ayudar?
1. En medio de las prisas, las agendas apretadas, los agobios o la inmediatez de la tarea pendiente. Es tiempo de frenar, de concedernos tiempo, de dejar posar las experiencias, de romper con el usar y tirar, y dejar que lo cotidiano tenga algo que decirnos, recuperar los mensajes a los que no prestamos atención, de escuchar a nuestro cuerpo (heridas, cansancios, respiración,...). Tiempo de no dejarnos llevar... echar el freno de mano de la oración, la contemplación y acoger de lo que hasta ahora no éramos tan conscientes.
2. Parece que los medios nos lo dicen todo... ¿Nosotros no tenemos nada que decir? ¿Sólo nos va tocar sufrir las consecuencias? Es tiempo de pensar. Buscar información por uno mismo, leer, formar nuestra conciencia, nuestra visión, para poder ofrecer al mundo, a mi entorno, algo con sentido. Evitar que otros nos piensen. Una pequeña idea, puede ser dinamismo de cambio. Tenemos mucho que ofrecer a tanta desorientación.
3. Nadie sale del túnel, cerrándose en los cuarteles de invierno. ¡Hasta que pase la calamidad!. Es una oportunidad para compartir, dialogar, intercambiar ideas, propuestas, visiones, ... saliendo de la inercia de ya nos dirán lo que hay que hacer: ahorrar, no correr a más de 110Km/h,.... ¿y qué más? Tiempo de conectarse con quienes tienen inquietudes como las tunas y sumar, sumar energías, búsquedas, ... salir del peligro de la incomunicación.
4. No rendirse. ¿Cómo no rendirse? sabiendo lo que queremos y no dejándonos llevar por los sentimientos y las dificultades. Manteniendo las opciones, los compromisos. Buscando ese difícil equilibrio entre la voluntad y el deseo. No tirar la toalla, sino usarla para servir, construir aportar.
5. Es un momento donde es importante no dejarse llevar. Tiempo de resistir y de plantar cara, siendo alternativa y poniendo todos tus recursos en juego.
6. Tejer lazos con quienes compartes cada día. Cuidar los vínculos, pues esos mismos vínculos son el apoyo. Tejer relaciones con sentido que aporten solidez a tu vida. Esto no se hace sin un compromiso de conocerse a uno mismo, y de apostar por un estilo unos valores que dan contenido a esos lazos, ¡que no nudos!.
7. El punto anterior nos da la pista siguiente. Debemos estimular la capacidad de hacernos preguntas. Esto nos permitirá ir orientándonos en medio de la oscuridad. Y hacernos preguntas de sentido que ofrezcan respuestas ante la muerte, el sufrimiento, la enfermedad, las limitaciones, ... preguntas que nos permitan ver más allá de nosotros mismos, pues nosotros no tenemos esas respuestas... la búsqueda religiosa.
Hay final del túnel, no caminamos solos, este Dios de la vida, despierta en nosotros la búsqueda de sentido y de la felicidad para el hombre, especialmente el más tocado. Busquemos juntos. Gracias.



No hay comentarios:

Publicar un comentario