
Es cierto que hay situaciones, experiencias, ¡las de siempre!, que conocemos, que nos aportan seguridad, cierta comodidad (¡legítima!, sin duda), ... pero que nos va arrastrando sin darnos cuenta a esa realidad de "dejar las cosas como están, para ver como quedan"...
Pero la vida va por delante, y en muchas ocasiones es interrumpida por la dichosa novedad, que de forma inesperada nos hace una propuesta que nos lleva a vivir con más profundidad e intensidad lo cotidiano. Una propuesta de cambio, una enfermedad, un conflicto familiar, una nueva responsabilidad, un hijo inesperado, ... ¡qué sé yo!...
Hoy me toca enfrentarme a esa novedad a mí, mañana te tocará a ti. ¿Cómo?Afrontando las dificultades y poniéndolas nombre, descubriéndonos acompañados, nunca estamos solos, apostando por el servicio, como condición básica, y finalmente y no menos importante, acogiendo el regalo del amor, un amor que se nos va entregando en pequeños gestos, palabras oportunas y acciones discretas, que nos hablan de un Dios que se da en lo cotidiano. Nuestra historia, sencilla, a veces rutinaria, limitada e imperfecta, es lugar de encuentro con quienes debemos aprender a amar mejor, sabiendo que Él, nos amó primero. Esto mismo es lo que nos puede ayudar a responder a esa novedad, a resistir ante la dificultad, en definitiva, a permanecer en el amor. Gracias y buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario