miércoles, 25 de mayo de 2011

DEJAR PASO A LA NOVEDAD...

No es posible lo nuevo sino sabemos dejar atrás lo viejo. Tener la sabiduría de saber reconocer en nosotros todo aquello que no nos ayuda a ir más allá, llegar a donde no pensábamos, soñar con lo que nos pudiera ilusionar, enganchar el corazón.
Es cierto que hay situaciones, experiencias, ¡las de siempre!, que conocemos, que nos aportan seguridad, cierta comodidad (¡legítima!, sin duda), ... pero que nos va arrastrando sin darnos cuenta a esa realidad de "dejar las cosas como están, para ver como quedan"...
Pero la vida va por delante, y en muchas ocasiones es interrumpida por la dichosa novedad, que de forma inesperada nos hace una propuesta que nos lleva a vivir con más profundidad e intensidad lo cotidiano. Una propuesta de cambio, una enfermedad, un conflicto familiar, una nueva responsabilidad, un hijo inesperado, ... ¡qué sé yo!...
Hoy me toca enfrentarme a esa novedad a mí, mañana te tocará a ti. ¿Cómo?Afrontando las  dificultades y poniéndolas nombre, descubriéndonos acompañados, nunca estamos solos, apostando por el servicio, como condición básica, y finalmente y no menos importante, acogiendo el regalo del amor, un amor que se nos va entregando en pequeños gestos, palabras oportunas y acciones discretas, que nos hablan de un Dios que se da en lo cotidiano. Nuestra historia, sencilla, a veces rutinaria, limitada e imperfecta, es lugar de encuentro con quienes debemos aprender a amar mejor, sabiendo que Él, nos amó primero. Esto mismo es lo que nos puede ayudar a responder a esa novedad, a resistir ante la dificultad, en definitiva, a permanecer en el amor. Gracias y buenas noches.

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