Pero aunque esto forma parte de nuestra vida cotidiana... también somos creyentes, también tenemos experiencias, ¡gracias a Dios!, donde nos descubrimos a nosotros confiando en personas que están cerca o lejos, da igual, pero que nos inspiran ese bello gesto de confianza. Normalmente personas que nos quieren, y que "se tirarían por un puente por nosotros" (es un decir..., ¡no lo hagan!). Es un paso importante, pero aún hay más. Aunque parezca mentira, hay ocasiones, donde tú y yo superamos esa barrera de seguridades y nos lanzamos al vacío. Entonces, es cuando tenemos una experiencia de fe, de fiarnos, de prestar adhesión a alguien por quien nos sentimos profundamente amados. Y aunque no lo veamos claro, la paz que sentimos, la fuerza que nos empuja, la ilusión que nos anima, son fuente de una profunda alegría, que nos da la serenidad suficiente como para afrontar cada día, esperando lo bueno, aunque llueva y me duelan las "tripas".
Incrédulos, sí, pero jugamos con ventaja, pues sabemos que Él, siempre camina a nuestro lado. No necesitamos controlarlo todo, saberlo todo, ser perfectos. Solo necesitamos aprender a dejarnos amar. No te despistes, no es tarea fácil, hay que dejarse. ¡Feliz Pascua! y gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario