domingo, 15 de mayo de 2011

LAS ESTRECHECES...

¿A quién le gustan?, a la mayoría nos gusta lo diáfano, es lo que está de moda, espacio abierto, vistoso, que haga nuestra vida más cómoda. Todo lo que nos suene a obstáculo, esfuerzo o dificultad, nos incomoda, nos pone nerviosos, parece que hay que evitarlo a toda costa, ¡no puede ser bueno! 
Otro mito de nuestra sociedad. Donde dejamos de lado todas las experiencias que suponen un reto, superar una dificultad, o simplemente ir más allá de donde uno pensaba que era capaz. ¿A caso  no es cierto, que lo que realmente merece la pena, siempre nos pide un esfuerzo o sacrificio más?
La puerta estrecha, las dificultades, las exigencias que vamos descubriendo en la vida con nuestras opciones, nos recuerdan, que es necesario ir más allá. Que el mito de vivir en una seguridad permanente, no solo no es posible, sino que no nos deja descubrir, encontrarnos ni con nosotros mismos, ni con el otro, ni con Dios.
Quien es capaz de arriesgar, de asumir pérdidas para ganar algo mejor, quien es capaz de apostar por un proyecto que le da sentido... ése podrá descubrir el otro lado de la puerta estrecha, podrá experimentar hasta que punto sus esfuerzos han dado fruto.
La puerta estrecha es el perdón sin condiciones, saber empezar de nuevo, la mirada condescendiente a quien te ofende, el amor a quien te falla una y otra vez, no rendirse en el compromiso por educar, el gesto oportuno con el desconocido, la ayuda cuando es pedida en el momento más inoportuno, resistir en la dificultad, compartir lo que tenemos (no lo que nos sobra),...  Y todo esto y mucho más es posible, porque reconocemos que somos seres profundamente amados, y sabemos que el ser humano está por encima de cualquier cosa.
Quien no pasa por la puerta estrecha, difícilmente sabrá lo que es el amor. Pero no nos desanimemos, para Dios nada es imposible. En Jesús, con sus gestos y palabras, nos mostró un camino, que nos hace vivir en verdad con uno mimo y con los demás, cargando de sentido lo que hacemos, y  posibilitando que nuestras vidas, sean ilusionantes  para quienes comparten con nosotros cada día. Es curioso, de nuevo nos encontramos con una nueva contradicción de la vida (paradoja), quienes pasan por la puerta estrecha, ensancha su corazón y   aportan luz y color a quienes solo son capaces de vivir en la escala de grises. Gracias y buen comienzo de semana.

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