martes, 18 de diciembre de 2012

CONFIANZA EN LA NOCHE

Esperar lo inesperado, afrontar la incertidumbre, acoger lo insólito, superar lo prejuicios, saltar los obstáculos,.... forman parte de ese extraño ejercicio, al que muy pocos están acostumbrados, de confiar en la noche.
Preferimos analizar los pros y contras, evaluar costos-beneficios, reunir pruebas, demostrar teorías, calcular los daños,.... Nos hace sentirnos seguros y alimenta esa falsa sensación de que podemos controlarlo todo. 
La vida nos enseña que no es así. Un día fallece un ser querido, otro tu hija se ha quedado embarazada sin pareja estable, otro un familiar se queda inesperadamente en paro o tu hijo sufre un desgraciado accidente..., Es entonces, cuando todos los cálculos se quedan cortos, no son suficientes.
Confianza en la noche, esta es la lección de José de Belén (Mt1,18-24). Podría haber pedido pruebas de paternidad... Pero optó por confiar, por mantenerse fiel al amor, por acompañar en medio de la confusión, por comprometerse más allá de las habladurías y cotilleos de Nazaret. Confianza en la noche, la que nos permite acoger la novedad que se esconde en lo pequeño, en lo imperfecto, en la debilidad más absoluta, un bebé. Confianza en la noche, la que nos permite abrirnos a la esperanza de un "Dios-con-nosotros", que se hace carne de nuestra carne, compartiendo, como cualquiera de nosotros, la debilidad, el rechazo, o el gesto de amor de quienes con sencillez, saben reconocer a Dios en lo escondido.
Confianza en la noche, siempre amanece por dura que haya sido ésta, y así podremos descubrirnos habitados por esa paz de quienes sabemos que Dios nunca abandona. Se abre un nuevo horizonte, basta con abrir los ojos y aprender a contemplar lo que tenemos y a acoger la novedad que se nos regala, aunque siempre no es en le paquete que deseamos, ¡no importa! Ánimo, seguimos en ad-viento, lo mejor está por llegar. Gracias

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