Aprender que lo importante no es cuanto gritas, sino que las palabras que tienes que decir sean las oportunas, las que se necesitan oír. Sin miedo a que dirán, como reaccionarán, o a cómo las interpretarán...
Somos escuchados cuando las palabras que ofrecemos están cargadas de sentido y cariño. Cuando no van cargadas ni son usadas como armas arrojadizas. Pues en algún momento de nuestra vida descubrimos que tener razón no eran suficiente, ni siquiera lo más importante.
Sentido y cariño, son hermosas palabras que nos marcan horizonte y estilo. Puerta que nos abre un abanico de palabras que aún necesitan encarnarse en mil actos cotidianos de nuestras vidas... Palabras profundamente inspiradoras que nos alimentan la esperanza y posibilitan el cambio: perdón, reconciliación, paz, justicia, reconocimiento, acompañamiento, relación, paciencia, aceptación, compromiso, bondad,... ¡Nos quedan tantas palabras oportunas por pronunciar! Nos desistamos, y hagamos de todas ellas puentes a la humanidad nueva.Hay motivos para la esperanza. Gracias.
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