viernes, 18 de enero de 2013

SOSTENIDOS, LLEVADOS...

Hoy una buena oportunidad para agradecer a tantos y tantas que nos han sostenido y llevado de la mano, que han hecho posible ser quienes somos, aguantando nuestras caídas, nuestras huídas, nuestros bloqueos...
El evangelio de hoy (Mc 2,1-12) hace memoria de tantas personas que han sido, y son capaces todavía, cargar con nosotros y llevarnos ante el único capaz de ofrecernos sentido pleno y levantarnos de todo aquello que nos paraliza y nos atonta, Jesús de Nazaret.
Catequistas, acompañantes, monitores, creyentes, amigos, ... que han sido y son capaces de vivir desde tres claves que lo hacen posible ese milagro: dejar de lado nuestras parálisis.
1. Disponibles, estando ahí, donde se les necesita. Dipuestos a hacerse cargo, asumir la responsabilidad que supone acompañar, compartir retos, sostener en el desaliento y animar cuando uno no tiene claro el horizonte...
2.Valientes, superando "el que dirán", sin complejos se atreven a tomar esa iniciativa que nos saca de pozo de la mediocridad, "del siempre ha sido así", o del "ya no hay nada que hacer". Ese arrojo de acercarse de proponer, de acompañar en medio de la tormenta, cuando la mayoría desaparecen, y soportan el peso de nuestros miedos e indecisiones. Valientes ellos, porque dan la cara y se esfuerzan por hacer posible ese encuentro, que es profundamente liberador. ¡Gracias a cada uno/a!
3.Creativos, demostrando que no hay obstáculo insalvable. Si hay que entrar por el tejado, ¡se entra! Esa búsqueda del mejor camino para hacer posible ese encuentro, no siempre fácil, con Jesús. Podrían echarse atrás, rendirse,... Pero son capaces de ver más allá, y donde todos ven un tumulto de gente infranqueable, ellos audaces, encuentran ese camino para hacer posible el encuentro. 
Es curioso, que después de lograrlo, saben discretamente desaparecer, como que aquí no ha pasado nada... ¡Y claro que pasa!, suceden muchas cosas. Con esa humildad cargada de cariño, que les suele acompañar, solo piensan: "sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer, ¡y punto!"
Hoy no quiero acabar el día sin agradecer a tantos que han hecho posible el hijo, amigo, creyente,hermano menesiano, catequista, el hombre que soy. ¡Gracias!

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