Los días pasan y se suceden, casi sin más. En tantas ocasiones no sabemos que hacer con todo lo que nos pasa. Al final acabamos con la opción "de almacenamieto", y acabamos por guardarlo todo dentro... ¡Cómo si no tuviéramos fondo!... Pero lo tenemos.
Tiempo de Adviento, una oportunidad para todos, da igual creyentes o no creyentes.
Una oportunidad para parar, y educar nuestra atención. ¿Cómo?
Concédete tiempo para tí mismo, para escuchar la música que te conecta, para dar ese paseo pendiente, para escribir sobre aquello que uno no sabe, o tiempo, ¡por qué no!, para rezar y sorprenderte a ti mismo.
Buscar espacios para conectar con tu interior, en la naturaleza, en el paseo por la ciudad, en tu ritmo de trabajo, en la intimidad de tu habitación, ... y agradece tantas cosas recibidas y que no hemos hecho nada por merecerlas.
Una oportunidad para sentirme vivo por dentro, y despertar inquietudes, deseos, proyectos ilusionantes, y ganas de salir adelante.
Cuida tus relaciones, con los amigos, con los compañeros de estudio o de trabajo, con tus familiares, con tus hermanos/as de comunidad, con tu pareja,... ¡Hay tanta gente que nos quiere de formas tan distintas! Cultivar esa actitud fundamental de salir de mi mismo, de descentramiento y sentirme vivo con otros. En todas ellas se nos regala el buen Dios que viene, cada día, a todas horas... Y nos dice, quiero comer en tu casa...
La vida pasa rápido, pero también podemos educar nuestra atención. ¡Feliz semana! Gracias.
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