No nacemos sabiendo vivir nuestro presente. No siempre parece que tengamos a mano las herramientas, los recursos para superar esa rutina que nos come día a día, y nos vacía el sentido de todo lo que hacemos... no nos sirve "esto hay que hacerlo porque toca...", ni tampoco es un antídoto suficiente "esto lo hago por que me gusta..."
El evangelio de hoy (Mc1,29-39), nos acerca la propuesta de Jesús para afrontar el presente, "el kit" de aprendamos a vivir con sentido lo que tenemos entre manos. Quisiera proponerme y proponeros tres claves:
1. Procura pasar tu día, haciendo el bien. Es sencillo. Para ello no busques desenfrenadamente tu interés, preocúpate por las necesidades de quienes comparten el día contigo, acércate y sé afectuoso con ellos,... es la única manera efectiva de descubrir la botella medio llena, que no eres el centro del universo, y sobretodo, que hay gente que te necesita.
2. Despréndete de todos "esos demonios" que llevas dentro: la ira, el rencor, los miedos, la rabia, los complejos, o esa baja autoestima,... ninguno de ellos te dejan vivir en paz. Es urgente que te sacudas todos ellos y dejes aflorar todo tu potencial, que te permitas aprender de tus errores, levantarte ante una caida, por grande que sea ésta.Y no te olvides de disfrutar de ti mismo y aceptarte como realmente eres, con nuestras luces y sombras. Solo así, te descubrirás que eres un gran regalo para los demás y tienes mucha vida por compartir.
3. Busca tu lugar, tu espacio, tu música, tu intimidad... y reza aprovecha a dar gracias por los rostros del día, por los detalles recibidos, por los esfuerzos realizados ... y pide, ¡confía!, y pide con insistencia por quienes más lo necesitan, por los que quieres, por tus propios desánimos, por aquello que uno no alcanza a comprender...
Lejos de ser simplista, sin pretender grandes y sesudas reflexiones... solo quiero invitaros a tres claves para vivir lo cotidiano con otra intensidad, y así combatir esa rutina que nos roba el sentido y la ilusión de lo que hacemos. Feliz semana y gracias.
Puf, lo sencillo es con frecuencia lo más profundo. A mí, vivir esas tres claves me parecen un montón... gracias Nacho por las "herramientas"
ResponderEliminarCuando digo sencillo no es porque me parezca fácil, sino creo que todos ven la bondad de la propuesta. También me cuesta a mi..y a pesar de las dificultades me resulta apasionante vivir con la mayor intensidad cada momento; cada lazo tejido... Ójala no perdamos el horizonte... Gracias, Javi
ResponderEliminarSuscribo el comentario de Javi: lo más profundo generalemten nos espera en lo más sencillo y por eso no acabamos de dar con la fórmula, porque nos han convencido de que debe de ser muy complicado. GRACIAS NAtxo, me apunto la fórmula.
ResponderEliminar... Tenemos de quien aprender... De Quien supo vivir lo cotidiano con esa profundidad que todos anhelamos... Graciass a ti, por abrirnos puertas a esas búsquedas.... Un abrazo
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