Una mirada a nuestro alrededor, a la prensa de hoy mismo, al telediario, internet,... y uno puede llega a la conclusión,¡que fácil es hacer daño! Pero, no nos llevemos a engaño, no es la única mirada...en las ocasiones difíciles es necesario rascar un poco más, ir más allá, a pesar de no ver. Ahora más que nunca, es necesario detectar esa luminarias que nos hablan de gratuidad, de perdón generoso, de aceptación, de acogida,... son esos signos nos empujan a ir más allá de lo que uno se veía capaz, y que se convierten en signos de vida: consolar al triste, levantar al caído, sanar la heridas internas(¡que son las peores!), hacer crecer la autoestima de quien lo necesita, ...
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