Tuve un profesor en la Facultad de Teología de Vitoria/Gazteiz que me enseñó el auténtico significado del término escandalizar. Término que proviene del griego "escandalon". Es un tipo de arma usada en las batallas, una tranca de madera que se metía entre los radios de las cuadrigas con las que se conseguía hacerlas volcar, desarmando al contrincante, en el mejor de los casos (solo hace falta imaginarse la escena), cuando no morían aplastados .
Así me siento, cuando uno se acerca a todo el proceso penoso que ha vivido José Arregui y que le ha llevado inexorablemente, a la decisión de abandonar su Congregación de Franciscanos.
De nuevo, la maquinaria del poder que aletea no se sabe muy bien por donde (más que la del Espíritu), se impone ante los testigos de la Palabra. Las posturas inflexibles de ciertos representantes de la iglesia institucional no consiguen más que empañar, ocultar, mitigar,"joder" (¡perdón!, así lo dirían mis alumnos), ese rostro de Jesús de Nazaret, rostro de acogida, misericordia, perdón, condescendencia, fraternidad... al que estamos, todo creyente de la Iglesia de Jesucristo, a se imagen.
La Congregación pierde un hermano. José Arregui, podrá morir aplastado por el peso institucional de quienes utilizan el poder a su antojo. Pero también.... también vuelve a nacer José Arregui, como testigo de que el amor tiene la última palabra..., y esa, ¡que no te la roben! Por nuestras obras nos conocerán...Gracias
http://www.redescristianas.net/2010/09/02/franciscano-sin-habitojose-arregi-2/
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