lunes, 29 de octubre de 2012

SEMILLAS DE BONDAD...

Es necesario reservar espacios y momentos en los que poder hacer presente a esas personas, cuyo paso entre nosotros fue un auténtico regalo. Fueron familiares, amigos, compañeros, o solo conocidos, ¡da igual!, supieron aportar con sus vidas ese plus de bondad que necesitábamos los que estábamos cerca de ellos. Sus gestos, sus esfuerzos, sus miradas, nos recuerdan que amar en lo cotidiano es posible y que merece la pena.
Unos inspirados por la persona de Jesús y su proyecto, y otros por motivos bien distintos, fueron todos, capaces de coincidir en lo fundamental: pasaron por la vida haciendo el bien, mostrando que el amor puede tener la última palabra. Cada uno a su estilo y manera hicieron de sus vidas proyectos cargados de sentido. 
Fueron ángeles en vida que nos supieron acompañar, y ahora son santos anónimos que nos recuerdan que una vida entregada con sentido está preñada de vida, y una vida sin fin.
Hagamos memoria, recordemos sus historias y rostros, hagamos presente sus proyectos  y opciones de vida. Los que aquí quedamos somos afortunados, pues de ellos heredamos certezas ocultas, esperanzas contenidas, y alegrías secretas, las cuales nos pueden alentar y sostener en nuestras idas y venidas. Aprendamos a recoger los frutos que otros con su bondad sembraron y agradezcamos con sencillez las pistas del camino que nos dejaron. Podríamos lamentarnos, ¿pero que ganamos?¿Acaso hacemos así justa memoria? Más bien, pienso que mejor hacemos en desplegar, expandir, abrirnos a ese misterio de amor, que nos recuerda que para dar fruto, es necesario darlo todo. Un abrazo y gracias.

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