domingo, 14 de junio de 2015

¿QUÉ NOS PUEDE HACER CRECER?

¿Qué nos impulsa a ofrecer lo mejor de uno mismo? Hay dinámicas que nos encierran en nosotros mismos, como la queja o la competitividad. Y sin embargo, hay otras que nos abren más al mundo y nos despliegan como personas, como el agradecimiento. Ser conscientes de todo lo recibido y agradecerlo a tiempo, nos posibilita devolver al mundo parte de ese bien que recibimos. Como si de una cadena de favores se tratase, el agradecimiento despierte en el ser humano el deseo de hacer el bien. Hacer gestos, ofrecer palabras, dedicar tiempos, compartir espacios, mesa o dinero, ... ¡qué más da!, nos enchufa más a la vida y a compartir la vida.
¿Acaso de la queja, el rechazo, la murmuración o del individualismo se puede esperar algo bueno? Como mucho convertirnos en esas personas que siempre vemos la botella medio vacía, y vemos dificultades y fallos ajenos por todas partes. 
Las situaciones más sencillas en casa, en el trabajo, o con los amigos, se convierten en oportunidades excelentes para descubrir que puedo ofrecer para hacerles la vida más fácil, mejor. Son las pequeñas cosas que hacemos cada día las que nos permiten mejorar el mundo que nos rodea, despertando en nosotros el deseo de aportar y esforzarnos, por devolver a este mundo tanto bien recibido.
Agradecimiento y sencillez son dos claves, que pueden ayudar a conocer y desplegar todo lo bueno que lleva uno dentro. ¡Animo y feliz semana!

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