Existen de todos los tamaños y colores, pero hay un tipo de señales, que son inequívocas y dejan una profunda huella en el ser humano. Son las señales del amor.
Todos en algún momento de la vida nos hemos sentido queridos o rechazados, y sabemos identificar perfectamente que signos acompañan a estas experiencias. Hoy, en la fiesta de San Pablo, quisiera hacer memoria de quien entendió que el amor no entiende de fronteras, ni culturas. Y a la vez, de quien sintió la pasión de un Amor, que le llevó más allá de donde el esperaba.
¡Ójala! nos sintamos tan amados, que estemos dispuestos a sembrar en lo cotidiano con esas pequeñas señales. Son precisamente éstas, las que pueden ayudar a nuestros semejantes a despertar a una nueva conciencia de si, y sentirse más humanos, más dignos, más amados, en fin, hermanos.Son señales sencillas, como la palabra oportuna, la escucha atenta, la ayuda a tiempo, el perdón ofrecido,.. son los pequeños gestos que marcan diferencias y nos pueden ayudar a vivir con más pasión el día. Gracias.
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