domingo, 27 de febrero de 2011

QUEMAR NUESTRAS NAVES

¿Cómo mantenernos  a flote en nuestras opciones importantes?¿Cómo ser fieles al amor primero? ¿Cómo caminar con nuestros miedos, sin que nos entre el pánico por el paso dado?    ¿Es posible una decisión para siempre, un te quiero?¿Qué hacer con nuestros miedos cuando hacen temblar nuestras opciones...?
Son todas preguntas legítimas a las que es bueno dedicarlas nuestro tiempo, dejarnos ver por ellas, y buscar cada uno su respuesta. No pretendo dar respuesta todas ellas... sería demasiado ambicioso, y además, siendo honesto, quizá me falte recursos para hacerlo. Sólo quiero compartir como resuenan en mi interior estas preguntas. Compartir con vosotros como busco mis respuestas, y pediros, que hagáis lo mismo, que también lo compartáis, y así la ayuda es mutua.
¿Qué hago con mis miedos? Lo primero concederme el tiempo necesario para reconocerlos, ponerles nombre. Cuanto más los aireo, menos miedo me dan. Cuanto más hablo, comparto y rezo con ellos menos me bloquean.
He hecho una opción célibe como hermano menesiano de de por vida, de hecho llevo más de veinte años como religioso....aún así, llevo año y medio preguntándome, ¿has quemado tus naves? ¿guardo un "plan B"? ¿Esto de seguir a Jesús como hermano menesiano tiene fecha de caducidad?... el miedo a no acertar, a no defraudar, a que mi propia mediocridad no me deje ver más allá,... miedo a... Estoy en un momento donde si me dejara llevar por mis miedos, saltaría del barco diciendo ¡tonto el último!
Algún alumno con cierta confianza (y si no se la toman...) me dicen: eres joven, sin mujer ni  familia, una vida gastada para que... Querido Addil, para que tú te hagas esta pregunta...
Nunca más que ahora veo con sentido quemar las naves por un proyecto que coja la vida. Nunca mejor que ahora me veo yo mismo quemando mis naves, sin plan B,
cada día que supero mi mediocridad,
cada día que intento dar lo mejor de mí, acompañando y educando,
cada día que me descubro queriendo a mis alumnos,
cada día que aprendo de mis errores,
cada día que me dejo querer por quienes me acompañan en el viaje,
cada día que renuevo mi opción por el proyecto de Jesús de Nazaret, tal y como lo entendió Juan Mª, sirviendo, educando a los últimos, siendo hermano, tejiendo esos lazos, que nos descubran que somos seres profundamente amados... ¿Quién no querría participar en un proyecto así?
Termino hoy compartiendo con vosotros dos pequeñas certezas. Primera, caminar con miedos es posible, comprensible, natural, e incluso, hasta necesario. Siempre que no nos dejemos paralizar por ellos, nos ayudan a ser cautos y más realistas, valorar los riesgos y asumir mejor las consecuencias de nuestras opciones. Segunda, nunca caminamos solos. Cuando las dificultades nos agobian, cuando las fuerzas nos faltan, cuando no sabemos por donde tirar... confiemos en nuestro compañero de viaje infatigable, este Dios de la vida, Él nos recuerda, que la única perfección es la del amor, y Él va por delante indicándonos el camino. Que contamos con muchos testigos que son fuente de inspiración y de fuerza. Que después de mil tormentas que pongan en evidencia nuestra fragilidad,¡no importa!, siempre nos encontraremos su brazo extendido. Gracias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario