jueves, 31 de marzo de 2011

¡POBRES DESCONFIADOS!

No saben acoger lo bueno, lo que viene regalado. No están preparados para lo inesperado. Con su desconfianza generan división, "mal rollo" (dirían mis alumnos). Cuidado con aquellos cuyo único objetivo en la vida es centrarse en lo negativo. Ellos solitos se incapacitan para ver cualquier semilla de bondad, que crezca a su alrededor. Al final, manipulan la realidad ofreciendo una visión distorsionada, desfigurada, anulando y empobreciendo cualquier gesto noble y sincero que realice cualquier persona.
Se hacen llamar así mismos, "críticos", "realistas","prácticos",... para mí, son profetas de desastres, fáciles de detectar, pues se hacen notar. Por su obras les conoceréis... duros en sus juicios, inflexibles en sus posturas, exigentes en las relaciones, hábiles en detectar fisuras ajenas, implacables con el error, firmes en las normas,... y el tono dominante ... la queja.
¡Pobres desconfiados!, sufren y hacen sufrir. ¡Y todo, por no dejarse amar! Cuando nos encontremos con alguien así, solo nos queda amar, ¡y amar mucho!, a tiempo y a destiempo. Y permanecer... y aún así, la cosa no está asegurada. Porque en la tarea de dejarse amar, no podemos hacer nada, depende de la libertad de cada uno. A nosotros solo nos queda amar. Gracias

3 comentarios:

  1. En estos tiempos que corren es difícil ser optimista, pero sin duda es cuando más se necesita y quizás la postura del vaso medio vacío es la cómoda.
    El AMOR es el mejor antídoto para esta época.
    Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Es una opción, sí, se trata de una opción.Cuando se está cerca de personas así, uno debe optar por permitir que toda esa mala energía nos coja por completo opacándolo todo o sonreír internamente y mantenernos alerta para no olvidar que estamos ante un "espejo deformado". Entonces, en este segundo caso, si optamos por no dejarnos arrebatar por esa visión oscura, podemos incluso aportar algo de optimismo y positividad o, cuando menos, no quedar heridos.

    ResponderEliminar
  3. ardua tarea ¿verdad?, pero necesaria. Gracias por compartir y animar, Elena. Una abrazo fraterno

    ResponderEliminar