domingo, 10 de abril de 2011

AMENAZADOS DE VIDA...

Puede ser desolador si echamos un vistazo a este mundo nuestro, tan herido y herido de muerte, por las continuas injusticias que gota a gota riegan incansablemente. Pero en medio de este panorama sombrío, hoy se nos recuerda, en el evangelio, a todos los creyentes una verdad profunda, llena de sentido y cargada de plenitud. Creer en Dios, es creer en la vida. 
En Jesús se nos regala una apuesta radical por la vida. Creer en la resurrección, no es solo creer en la vida más allá de la muerte, es apostar por la vida aquí, donde está más amenazada. Es reconocer que una vida entregada, que es sincera, que no da la espalda, que libera del sufrimiento, que acogen en su casa, que es capaz de llenar de luz  cada instante ... es  una vida cargada de resurrección, que es capaz de ofrecer esa esperanza, a quienes no alcanzan a verla, porque no pueden.
En Jesús de Nazaret, estamos amenazados de vida, nos muestra ese camino de entrega cotidiana, sencilla, en gestos y palabras, preñadas de esa vida, que nos alienta ante nuestros miedos, ilumina nuestras oscuridades, y nos lleva a aceptar nuestras fragilidades. 
Con Él, es posible afrontar un mundo, que aunque decadente, es nuestro mundo, nuestra aldea, donde el otro, en especial el que sufre, se convierte en tu hermano, mi hermano.
En Jesús, el crucificado, se manifiesta la plenitud de la vida, que como el grano de trigo, está llamada a dar lo mejor de uno mismo para dar fruto. 
Amenazados de vida, amenazados de resurrección, un regalo, un don invitados a acogerlo, y una tarea, urgidos a compartirla. Con la certeza de que Él, Jesús, siempre va por delante, abriendo brecha.¡Ánimo y gracias! 

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