jueves, 14 de abril de 2011

¿EN QUIÉN CONFIAMOS?

Ser conscientes de nuestra propia fragilidad y limitación es la puerta a hacernos honestamente esta pregunta. En muchas ocasiones he tenido la ocasión de charlar con jóvenes sobre nuestra experiencia de confianza, siempre sale a relucir ese anhelo de seguridad que todos tenemos en nuestro interior. Pero... si tengo la seguridad en esa persona... ¿qué mérito tiene el confiar?
Confiar, fiar- con, y conlleva en sí mismo una apuesta, una opción, que aunque no las tenga todas conmigo, hay razones importantes que me llevan a confiar. Es una experiencia, que implica en sí mismo un riesgo. ¿Cuántas veces hemos confiado en alguien que luego "nos ha fallado"?¿Cuántas otras hemos renovado esa confianza?
Lo que hace posible confiar más allá de nuestra fragilidad, limitación e incoherencia, no es más que el amor. Descubrirnos personas amadas, a pesar de..., despierta en nosotros la posibilidad de confiar de esa forma. 
Es precisamente este tiempo de Pascua, estos días de celebración, en los que podemos, recordar, "re-cordis" (pasar de nuevo por nuestro corazón) ese amor incondicional, gratuito y desbordante que nos regala Dios cada día, en Jesús. Sus palabras, sus gestos y opciones, son esas claves que pueden enseñarnos a confiar , descubriendo en esta actitud una forma de humanizar más un mundo, que corre el riesgo de quedarse más en lo superficial y pasajero.
Un invitación, por un lado, a dejarnos acompañar en el camino de la vida por quien sabemos que nos ama, y por otro, a ofrecernos acompañar a quien sabemos que lo necesita, y sin esperar nada a cambio. Confiar, todo un camino incierto. Gracias.

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