domingo, 17 de abril de 2011

LA FRAGILIDAD DEL AMOR

Es posible amar aunque no seamos perfectos. No cabe duda que es un alivio. Aunque probablemente no seamos plenamente conscientes de ello. Tan empujados al éxito y a la perfección, a las grandes metas y proyectos, nos puede hacer olvidar la esencia de quienes somos.
Hoy Jesús nos recuerda que las grandes cosas pasan por lo sencillo, y es precisamente en esa sencillez, donde podemos reconocer la profundidad de las cosas y los acontecimientos. Son tantos gestos y acciones sencillas, que nos van recordando que somos seres que amamos y somos amados. Son tantas personas comprometidas en gestos de humanidad cotidiana, en sus trabajos y servicios, en sus familias y comunidades, que de nuevo podemos decir ¡Hosanna! (¡sálvanos, por favor!)
No hace falta grandes montajes, ni fuegos de artificios, simplemente hace falta reconocer. Reconocer en lo cotidiano esa presencia amorosa de Dios que se nos regala. Como reconoció de forma exaltada el pueblo a Jesús subido en una burra o asno. Se trata de descubrir que a pesar de esa fragilidad, que nos acompaña y que nos recuerda lo torpes que somos en el amor..., Él sigue despertando en nosotros cada día, ese deseo profundo de darnos, compartirnos, y entregarnos, porque Él, Jesús, lo hizo por mi. ¡Buena Semana Santa! Gracias

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