domingo, 12 de junio de 2011

ALENTADOS A DAR VIDA

No hay oscuridad que no pueda ser alumbrada, ni herida que no pueda ser curada, ni vacío que no pueda ser llenado con sentido, para quien se deja amar por un Dios que se regala en lo más íntimo de nosotros mismos. ¡Feliz Pentecostés!
Su Espíritu, ese dulce huésped que nos habita sin estridencias, ni agobios; hace posible afrontar lo cotidiano con renovadas fuerzas, con vitalidad inesperada. Este mismo Espíritu, es el que nos sostiene en los momentos duros y sombríos, haciéndonos resistentes al des-aliento, impidiendo que nos rindamos frente a la vida que se nos regala. Esta divina luz, acoge nuestras fragilidades, nos enfrenta a nuestra verdad más honda, y nos recuerda con todo, que somos seres profundamente amados.
Este Espíritu, que se nos cuela por las rendijas de nuestra vida, y que es ungüento para nuestras heridas de mil batallas, nos recuerda, que la vida es para regalarse, darse, compartirse, ... porque como el agua, si se estanca, se pudre. 
Hoy alentados, de nuevo, a dar vida, ofrecer lo mejor de cada uno, para sostener y levantar la dignidad de tantos que aún no ha vista la luz, no han sentido el calor de tu amor. Que Tu bondad sostenga nuestros esfuerzos por hacer nuestro mundo un poco mejor para todos, sin excepción. Gracias.

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