No cabe duda que hay encuentros que marcan las diferencias. Después de éstos, nada es igual. Por lo descubierto, por como nos hemos sentido, por la propuesta, por... uno siente que tiene cogido su corazón y se siente lanzado, como empujado, a algo distinto. ¡No te equivoques!, no hablamos de encuentros en la tercera fase, ni extrasensoriales, aunque a decir verdad, sí nos tocan las entrañas. Hablo de encuentros dentro de nuestro esfera cotidiana.
Es Jesús de Nazaret, que con su palabra directa, sus gestos inequívocos y su estilo humanizador, quien puede hacer que nos descubramos de una forma distinta, y nuestra vida se despliegue sorprendentemente. Él nos recuerda que no estamos solos, ni arrojados al mundo sin sentido. Su presencia, solo perceptible para la personas sencillas, capaces de confiar, y no verse así mismas como centro del universo, es fuente de vida y ánimo para muchos héroes anónimos. Hombres y mujeres, que desde ese batirse el cobre en lo cotidiano: ejerciendo la responsabilidad en el trabajo, "peleando" por sus hijos, cuidando al abuelo enfermo, buscando nuevos cauces para una sociedad más democrática en la plaza a la intemperie de los juicios fáciles de quienes no creen en el cambio... , se han convertido, casi sin quererlo, en testigos de que el amor tiene la última palabra, al estilo de Jesús.
Cuando tenemos la suerte de encontrarnos con testigos así, se despierta en nosotros anhelos, ilusiones, de que algo nuevo está naciendo.
Hoy en la fiesta de la Ascensión, se nos recuerda que Dios, se toma la tierra muy en serio, y que lejos de irse a ninguna parte, permanece con un aliento de vida que muchos hemos sentido y no puedo menos que invitarte a sumarte a él. Busca y encontrarás... Gracias y buena semana.
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