Amar la propia fragilidad, dulce tarea, mirarse frente a frente reconciliadamente. Es posible, inténtalo, solo es necesario aceptar la propia limitación. Entonces, solo entonces, brota una mirada condescendiente hacia uno mismo. Surge el milagro de una aceptación honesta, y reconocer en nuestro propio barro, la grandeza de una persona amada, tal y como somos. Sin necesidad de perfección, ni de imponernos ningún castigo, fruto de nuestra torpeza o flaqueza.
Somos seres amados, es nuestra verdad más íntima. En lo profundo de nuestro ser, en nuestra oscuridad más escondida... también somos amados. Sin condiciones, solo amados.
Siendo así, ¿qué necesidad tengo de juzgarte?¿Porqué imponerte el peso de mis miedos y fracasos?¿Porqué proyectarte mis frustraciones y deseos no conseguidos?... El juicio nos hace inflexibles, intolerantes, nos distancia de quienes amamos, y nos oculta nuestra verdad más honda, que somos seres amados tal y como somos.
Merece la pena, la alegría, apostar por nuestra propia fragilidad, y abrirnos a acoger al otro tal y como es, transitar el camino no solo de la aceptación de uno mismo, que no hay que darla por supuesta, sino también el sendero más estrecho de la aceptación del otro, que es un ser humano, digno, frágil, como yo, y igual de necesitado de esa acogida que nos ayuda a descubrirnos valorados, queridos... hasta la locura...
Esto es precisamente lo que construye una fraternidad, sencilla, universal, y a la vez tan frágil, como la fragilidad del que intenta amar cada día, en esa "hora que nunca brilla".
Invitados en este "tiempo de intentos", a no dejar de aprender de nuestro propio barro, e iluminar a quien comparte camino con nosotros. Gracias
Tienes el don de evocarme un montón de ideas, imágenes, canciones... esta de Silvio Rodríguez
ResponderEliminarDebes amar la arcilla que va en tus manos
debes amar su arena hasta la locura
y si no, no la emprendas que será en vano
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar los yertos
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto.
Debes amar la arcilla que va en tus manos
debes amar su arena hasta la locura
y si no, no la emprendas que será en vano
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro
sólo el amor alumbra lo que perdura
sólo el amor convierte en milagro el barro.
Debes amar el tiempo de los intentos
debes amar la hora que nunca brilla
y si no, no pretendas tocar los yertos
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto
sólo el amor engendra la maravilla
sólo el amor consigue encender lo muerto.
Gracias Nacho.
Solo así es posible.... gracias a ti. Un abrazo
ResponderEliminar