Más allá del fracaso, de los malos momentos, podemos también hacer acopio de todas aquellas experiencias positivas donde hemos recibido gratuitamente, de forma sorprendente y generosa, esos gestos, palabras que nos han hecho mejores personas. Son estas experiencias las que nos han permitido descubrirnos queridos y aceptados tal y como somos. Experiencias que nos han construido como personas, hijos y hermanos.
Hacer memoria de todo lo regalado, nos ayuda a caminar en medio de las dificultades cotidianas, aportando esa paz interior necesaria para no endurecer nuestro corazón ni oscurecer nuestra mirada al mundo o a nosotros mismos.
"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis". Una invitación, no solo a vivir agradecidos, sino a ofrecernos como regalo a quienes cerca de nosotros necesitan esa palabra o gesto oportuno que les levante el ánimo, les alivie la herida o fortalezca ante la dificultad.
Como si de una cadena de favores se tratase, podemos ser transmisores de todo ese amor recibido. Casi sin darnos cuenta, contribuimos a la humanización de nuestro entorno, y a recordar al mundo, que Dios no se olvida, sino que nos habita en cada acto de bondad que regalamos. Gracias
Hacer memoria de todo lo regalado, nos ayuda a caminar en medio de las dificultades cotidianas, aportando esa paz interior necesaria para no endurecer nuestro corazón ni oscurecer nuestra mirada al mundo o a nosotros mismos.
"Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis". Una invitación, no solo a vivir agradecidos, sino a ofrecernos como regalo a quienes cerca de nosotros necesitan esa palabra o gesto oportuno que les levante el ánimo, les alivie la herida o fortalezca ante la dificultad.
Como si de una cadena de favores se tratase, podemos ser transmisores de todo ese amor recibido. Casi sin darnos cuenta, contribuimos a la humanización de nuestro entorno, y a recordar al mundo, que Dios no se olvida, sino que nos habita en cada acto de bondad que regalamos. Gracias
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