domingo, 4 de septiembre de 2011

DESTELLOS DE DIOS...

¿Dónde está Dios? Corremos el riesgo de buscarlo en lo sorprendente, en  ese deseo continuo de novedad, en lo extraordinario,.. sin caer en la cuenta, que la búsqueda es más sencilla... Dios está en la vida, en lo cotidiano, en medio de nuestros conflictos, no es necesario forzar nuestra existencia, ni elevarnos dos palmos del suelo. Pisa tierra, pues en ella está la vida.
Hoy un toque de atención. El evangelio nos recuerda que en medio de nuestros conflictos, también está Dios. En como nos enfrentamos a ellos y como los resolvemos, pueden ser un oportunidad de descubrir esos destellos de Dios en lo cotidiano.
Ante nuestros conflictos podemos huir, negarlos, disimularlos, o como si fuera un "camicace", lanzarme contra el problema para reventarlo.  No nos gustan los conflictos. Nos incomodan y nos recuerdan que somos personas vulnerables. 
En el evangelio de hoy, Jesús nos hace una invitación a afrontar el conflicto como parte de nuestra vida, y no dejándonos tragar por el conflicto, como si de un agujero negro se tratara.
Afrontar implica en ocasiones, aprender a relativizar, porque descubro que las personas son más importantes que los sucesos.
Afrontar implica en otras ocasiones, denunciar, porque hay personas por las que es necesario dar la cara, pues se han quedado sin voz.
Afrontar implica aceptar que no todos los problemas tienen solución, porque reconocemos incompatibilidades y bloqueos, que solo el tiempo son capaces de curar.
Afrontar implica hablar, cuando lo que se busca es el bien, y no la revancha.
Es entonces, cuando en ellos, en los que se mueven así por la vida, descubrimos esa chispa de bondad, que nos habla de Dios, de un Dios que se cuela en nuestra fragilidad humana, la acoge y la mira con condescendencia, y nos recuerda, que no hay herida que no pueda ser curada, en ocasiones, basta dejarse. Gracias.

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