miércoles, 14 de septiembre de 2011

EXALTADOS, SÍ, PERO POR TI...

No veneramos objetos, sino que nos sobrecogemos y nos desbordamos por una forma de amar, la de Jesús. Reconocemos en Él, un estilo de situarse en el mundo, en la vida cotidiana. En Jesús , la cruz,  nos recuerda que una vida entregada por amor, tiene sentido y que se puede amar hasta el final.
En la cruz, Dios nos susurra al oído, que siempre estará con nosotros, acompañando nuestras heridas y dolencias, denunciando los abusos y los desprecios. Las cosas se nos pueden poner difícil, las dificultades nos pueden asediar, las fuerzas nos faltarán, sentiremos el silencio del sin sentido, o la impotencia frente la injusticia... será entonces, cuando mirando a la cruz, podamos hacer memoria de un amor que nunca deja solo, tampoco en nuestra debilidad.
Con Jesús, la cruz pasa de un método de castigo a un gesto de misericordia. Nuestro sufrimiento por amor redime, aunque no lo entendamos muy bien como, ¡como tantas cosas en el amor!. Pienso en tantos cristianos, catequistas laicos/as, religiosos/as y sacerdotes, en tantos hombres de otras confesiones asesinados por hacer el bien... demostrando que el amor puede tener la última palabra y haciendo realidad esa presencia redentora de Dios. A todos esos testigos del amor, ¡gracias!

2 comentarios:

  1. Gracias, Natxo, por recordarnos que más allá del símbolo hay un significado que, en el caso de la cruz, es infinitamente más hondo y hermoso. Gracias por recordarnos que Dios no es sino Misericordia infinita y que se duele y alegra con cada uno de nosotros. Un fuerte abrazo.

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  2. Nos cuesta, me cuesta, es todo un reto... después de una entrevista que he tenido con una abuela (Isabel) Me doy cuenta que hay ángeles que saben que el amor conlleva una cruz que no es fácil de llevar... menuda lección...menuda responsabilidad. Doy gracias por la gente como Isabel, auténticos héroes anónimos. Gracias Elena por compartir búsquedas y sensibilidades

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