Nuestro estilo de relaciones es clave para poder dar sentido y profundidad a lo cotidiano, a lo que tenemos entre manos. Es necesario hacer consciente qué lazos, con quién , porqué, desde dónde, ... son pequeñas opciones que pueden colorear la vida de diferentes tonalidades... rencor, prepotencia, ambición, manipulación, mentira, ... o tonos tan distintos como los del perdón, la gratuidad, el respeto, la acogida, la ternura, ... Tu vida, mi vida, nuestras relaciones, ¿de qué hablan?
No nos llevemos a engaños, incluso en las relaciones preestablecidas (las familiares), las tonalidades pueden ser muy distintas. Jesús nos recuerda en el evangelio de hoy, que la clave no está en lo que nos viene dado, sino en las opciones libres que tomamos cada uno, que son las que dan ese color más humano y plenificador o no a nuestras relaciones.
Es nuestra libertad la que nos permite entrelazarnos abriéndonos a los demás y acogiendo lo diverso, o la que nos conduce a enredarnos con nuestros propios intereses, queriendo hacer a los demás a la justa medida de nuestras necesidades. Probablemente en nuestras vida haya algo de las dos realidades... pero la invitación de hoy es a no dejarnos enredar... y tejer nuestra vida con una rica variedad de relaciones que nos hagan personas más plenas y humanas. Así se escribe el evangelio, con pequeñas gestas que hace la vida más feliz a nuestros semejantes, sin importarnos quienes son, que piensan o a que partido están afiliados... Gracias.
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