¿Acaso hay otra forma de encontrar a Dios?... En lo humano, en la herida, en el rostro cansado y humillado,...¡Hay tanto humano dolido! Es tiempo de ponernos manos a la obra, y dejar que sean nuestros gestos, nuestros actos los que hablen... Que hablen de proximidad y de acogida, de servicio y de justicia, capaces de curar heridas, antes incurables... En definitiva, se trata experimentar la com-pasión. Ese profundo y extraño deseo de acompañar a quienes más solos están, de poner rostro a quienes más queremos olvidar, de poner voz a quienes más podemos callar... Com-pasión, que por cierto, no nos pertenece, es lenguaje compartido, que nos ha sido dado, regalado por Quien supo mirar lo humano, mi humano, con profunda bondad, un tal Jesús de Nazaret.
¡Manos a la obra!, manos ofrecidas, que éstas entienden todos los idiomas, que son capaces de superar todas las barreras, y son expertas en lenguajes nuevos de ternura, de delicadeza, y de confianza ofrecida, a manos llenas. Sin distinción, sin exclusión... no encuentro mejor carta de presentación. Así son las obras de Quien nos amó hasta el extremo, devolviéndonos esa mirada generosa, inesperada y delicada a lo más herido de lo humano de cada uno. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario