viernes, 30 de noviembre de 2012

APRENDER CADA DÍA UN POCO MÁS...

De nuevo un día que ha sido todo un regalo. Acompañar la los jóvenes de primero de Bachillerato del Colegio Menesiano  Sta. María de Portugalete reafirma mi confianza en los jóvenes. 
Su apertura a acoger lo nuevo y desconocido, sus ganas de vivir con intensidad las cosas, diálogo sincero y espontáneo, su delicadeza y cariño en el trato,... han sido hoy un ejemplo y estímulo a seguir apostando por ofrecer experiencias de calidad que les permitan a los jóvenes salir de lo convencional y adentrarse en caminos nuevos que les permitan conocerse, valorarse y descubrirse.
Descubrir, gracias a cada uno de ellos, esa bondad y luz que les habita y que apenas les damos oportunidad de brillar. La necesidad de saber proponer experiencias que le permitan ese ejercicio del amor cotidiano. 
Con su forma de acoger, logran que no me sienta ajeno al grupo, como un meteorito caído del cielo. Con sus miradas, su implicación y sensibilidad hacen realidad esa cadena de favores con la que logran crear un ambiente auténticamente fraterno dentro del grupo. No son perfectos, aunque muchas veces los adultos lo pretendamos, simplemente son tipos dispuestos, atrevidos, lanzados,... en definitiva, abiertos a propuestas nuevas, a dejarse acompañar y preguntar, a vivir con intensidad. ¿Qué más se puede pedir?
A mí, solo me queda agradecer su cercanía y disposición. Pero sobretodo, la oportunidad de aprender cada día, logrando que me descubra no como un intruso, sino como un acompañante de experiencias con sentido.
Pudiéramos quedarnos con el lado oscuro de la realidad, ¿Pero en qué ayudaría a mejorar lo cotidiano? ¡Gracias!, por atreveros a brillar, sacando lo mejor de cada uno/a. ¡Hasta la próxima!

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