miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿DAR LA ESPALDA O DAR LA CARA?

...Las cosas claras, sencillas, directas, cara a cara, eso ya no se estila. Hoy más bien, es necesario medir, aquilatar, maquillar, disimular, ajustar, retocar,... de tal manera que ya no sabemos que hay de verdad en aquello que se nos ofrece, en lo que nos cuenta.
Bien sea por ganar adeptos, por vender mejor un producto, por miedo a las consecuencias, o por generar corriente de opinión (¡hasta que acaban echando al entrenador de turno!); la claridad y la sencillez brilla por su ausencia. Parece que no son políticamente correctas en una sociedad en la que preferimos vivir desde la apariencia y seguir tocando el violín mientras el  se hunde el Titanic.
Hoy quiero recordarme que no hay porqué renunciar a esa claridad y sencillez, que nos permite afrontar con más profundidad y sentido lo cotidiano. Sigue siendo posible apostar por esa buena noticia de Jesús, que nos propone:
-Los últimos serán los primeros.
-Que hay más alegría por uno solo que se convierte , que por cien que se creen buenos...
-Que el dueño paga igual al primero que al último viñador.
-El tesoro escondido está dentro de cada uno...
-Estamos llamados a desarrollar a tope todos nuestros talentos...
-Que somos seres habitados por su misericordia, haciéndonos capaces de levantarnos y reanudar nuestro camino de vuelta a casa...
Hoy sigue siendo urgente la claridad y la sencillez del amor, que ponga en valor  ese sentido común de buscar el bien  para nuestros semejantes y comprometernos en hacerlo posible con esfuerzo, con empeño, con descaro. Aprender a no dar la espalda a nuestra realidad cotidiana, y con esa sencillez ofrecer nuestro rostro, nuestras manos. Gracias

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