sábado, 9 de febrero de 2013

PERDIDOS...

Como en la famosa serie de hace unos años que después de ese accidente de avión en aquella isla aparentemente abandonada vivieron experiencias que pusieron a prueba su humanidad. Vivir perdidos es  como sentirse desenraizados, desorientados, sin saber a donde ir, ni de quien fiarnos, ...  ¡Vamos!, lo que viene a decirse sin horizonte... 
En medio de esta crisis, con continuas noticias que nos asaltan de corrupción,de desahucios  cierre de empresas, crecimiento del paro y de todos los manejos políticos que se hacen... Nos olvidamos de lo más importante, de las personas con rostro concreto, que les toca vivir en medio del desconcierto, la privación, la incertidumbre y la angustia de no saber que será de ellos y los suyos. Se encuentran auténticamente perdidos, desorientados, sin referentes claros,... Como ovejas sin pastor (Mc 6,30-34)
Hoy más que nunca es necesario recuperar esa mirada de Jesús. Esa mirada capaz de acompañar en el camino, de escuchar a quien lo necesita, de clamar por el que sufre, de abrazar a quien no lo espera... ¿Quién despertará entre nosotros la compasión? (Preguntaba J.A. Pagola) 

  • Quienes quieran aprender a mirar su realidad cotidiana de otra forma, con humanidad.
  • Quienes están dispuestos a gastar su tiempo, su esfuerzo, en favor de los pequeños.
  • Quienes busquen sincera y llanamente el bien común de sus semejantes.
  • Quienes muestren interés real por sus semejantes con gestos y palabras
  • Quienes dan la cara y ponen voz por los pequeños, por a quienes nadie quiere escuchar.
  • Quienes se preocupan más de los demás que de sí mismos.
  • Quienes tienen la mente despierta y un corazón abierto, que no entiende de distinciones.
  • Quienes acompañan en el camino y no están quietos, sin importarles el tiempo o lo duro del camino...

Quienes así obran, nos ayudarán a devolver a esta nuestra Iglesia, el auténtico rostro de Jesús. No encuentro mejor forma de ser capaces de ofrecer un horizonte con sentido que éste,  despertar una pasión tal, que nos devuelva la ilusión de vivir una vida con intensidad.  Gracias

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