jueves, 11 de abril de 2013

CREO EN TI...

Es una opción, una decisión por dar veracidad a unas palabras, a unos gestos,  y a una vida, que dan credibilidad a su forma de ver el mundo, las relaciones, las personas... De tal manera es así,  que despierta el deseo de participar de alguna forma de ese modo de vivir. Estos deseos se despiertan en uno, porque intuye que  una vida así, apunta a hacia la verdad, hacia la plenitud y merece la pena.
¿A cuántas personas conocemos a las que podemos decir "creo en ti"?  Busquemos, sin rendirnos, personas así, que logren despertar lo mejor de cada uno y nos vinculen a proyectos cargados de sentido y vida. 
Hoy seguimos necesitados de referentes que nos ilusionen que nos lancen hacia delante y nos  empujen a ofrecer y aportar algo verdaderamente alternativo a este mundo maltrecho. Podríamos encerrarnos en nuestro cascarón, activar "nuestra burbuja", pero ¿en que mejoraríamos?¿acaso nos haría crecer y desplegarnos como personas?
Solo quienes arriesgan, quienes deciden prestar su adhesión, aún a riesgo de equivocarse, son quienes se abren al mundo, y a sus hermanos los hombres, generando encuentros, que suponen nuevos aprendizajes. 
Solo quienes son capaces de pronunciar esas palabras,"creo en ti", son capaces de provocar nuevos espacios de confianza, que son muy sanadores, pues nos abren a una experiencia de gratuidad que nos anima a una entrega cotidiana y generosa en favor de los demás.
Sólo quienes saben que no caminan solos por la vida, saben que nos necesitamos unos de otros, que nuestras vidas son entrelazadas y requieren de esa apertura y confianza básica que nos permita comprometernos juntos en favor de aquello que merece la pena.
En este tiempo de Pascua, no puedo menos que da gracias por haber descubierto en mi vida a la persona de Jesús de Nazaret y su Proyecto, el reino. No conozco mejor manera de ver el mundo, las relaciones y las personas, que las que nos propone Él. Una invitación a acercarnos, a conocer y dejarnos alcanzar por su Proyecto. Y al final de cada día, con nuestros cansancios y heridas, poder preguntarnos ¿en qué hemos mejorado el día a quienes me rodeaban?, ¿de qué puedo dar gracias?

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