miércoles, 18 de junio de 2014

CUANDO AMAR DUELE...

No importa la edad, ni el currículum, ni siquiera la chequera... Hay experiencias, que nos recuerdan que amar, en ocasiones, es un camino angosto y difícil de transitar. Una decepción, pues no era lo que esperaba, un engaño habilidoso, una amistad no correspondida, un fracaso aparente, un rechazo desagradable, una traición secreta, o esa zancadilla, que no acompaña nuestra caída,... Son todas ellas experiencias de un amor amenazado, donde descubrimos que amar duele.
Conviene recordarnos que más allá de las respuestas convencionales (el rechazo, la venganza, la negación, el disimulo, o la dureza de la desconfianza,...), también podemos amar. Amar con dudas, con fragilidad, confiando en la adversidad, se convierte en un acto altamente humanizador, capaz de dar la vuelta a la tortilla y evidenciar que hay gestos que hacen las cosas nuevas. Ser perfectos en el amor, requiere moverse cómodamente en la imperfección propia y ajena. Conscientes que amar de verdad, nunca pide, solo ofrece desde la gratuidad. No importa lo torpes que seamos, ni las veces que tropecemos. Lo que realmente importante es renovar día a día  esa pasión, que nos permita que nuestro último gesto o palabra sepa a más amor.

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