lunes, 29 de septiembre de 2014

A FUEGO LENTO...

Como las cosas realmente importantes, sin prisas, con esa paciencia de madre, que sabe esperar el momento oportuno, es como vamos tejiendo esa ternura de Dios. 
En esto, las prisas, no ayudan. Más bien hay que invocar a esa paciencia de quien reconoce su propia fragilidad, y sabe que toda herida necesita su tiempo para cicatrizar. Posiblemente nos venga bien entrenarnos en ese deporte, a veces olvidado, de la "projimidad", donde aprendemos ese raro arte de respetar espacios, y a la vez, sabernos acercar a quienes más nos necesitan. Una extraña combinación que nos permite expresar con claridad, sé como estás, y tú me importas. Existen programas intensivos que debidamente combinados puede hacer de nosotros, auténticos agentes de ternura allá por donde pasemos... De esto ya saben mucho los jóvenes con los que compartimos este fin de semana en la EPJ2014. Así pues, pongámonos las pilas, y lancémonos a esa formación permanente que nos abra a la Ternura a fuego lento...

Curso rápido de antenista. Porque en ocasiones se nos escapan las cosas, ¡vamos!,  que no nos enteramos de nada. Es necesario estimular una escucha atenta, desplegar bien las antenas, y si hace falta, para quienes seamos más duros, poner algún suplemento, que nos permita prestar atención y conectar con quienes compartimos camino y acompañamos. Un curso que nos ayude a orientar bien la antena, sabiendo a qué prestar atención y que entrene nuestro tacto. Este curso puede hacernos comprender la diferentes conexiones posibles, y dominar los sistemas de reseteo y limpieza, como el perdón.
Curso de cocina fusión, donde unimos lo tradicional recogiendo las buenas costumbres, como lo de ponerse el delantal, ejercitar la paciencia del fuego lento, con el deseo de ir más allá y conocer nuevos sabores, mezclas inesperadas, espacios creativos,... que hagan de nuestras propuestas algo nutritivo y provocador a la vez. Lo esencial y la apertura van dados de la mano y son imprescindibles. Haciendo posible la combinación de elementos como el perdón con la herida, la fraternidad con la diversidad, la paz con la lucha, o la interioridad con el encuentro... 
Curso de jardinería de interior. Pues somos conscientes que esto de la ternura requiere tacto y cierta sensibilidad. No vale actuar a bulto, ni siquiera moverse de oídas. Este curso nos pone en conocimiento de las diversas plantas y sus fragilidades, estimulando en nosotros la atención y la delicadeza. Así como de los cuidados a dispensar: con que aguas regar (¡solo el agua viva! por favor, de la que apaga la sed), que minerales usar para fortalecer (la acogida, la cercanía,...) y sus sistemas de riego, que si goteo o a chorro, o más bien regadera o aspersor...También conviene tener en cuenta la exposición a la luz (de la coherencia de testigos, debilidades propias,dudas necesarias , esperanza alentadora, o esa Palabra cargada de sentido,...) que necesitan.

No nos vamos a engañar, estos cursos no son  fáciles, pero están al alcance de quien quiera humanizar, de quien desee en su interior un poco más de ternura a su alrededor, de quien quiera ser testigo de bondad de Dios que nos habita. Y en caso de duda, tenemos en quien fijarnos, maestro de maestros, ese especialista de ternura, Jesús de Nazaret. ¡Ánimo!

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